Política & Sociedad
Sisbén, un sistema que reproduce diferencias sociales
Debido al predominio de representaciones estigmatizantes sobre la pobreza, las personas que son clasificadas por el Sistema de Potenciales Beneficiarios para Programas Sociales (Sisbén), solo se autoidentifican como pobres cuando requieren los beneficios que este ofrece.
Bogotá D. C., 26 de julio de 2018 — Agencia de Noticias UN-Este fue el resultado del análisis realizado por Lina Andrea Hernández Luque, magíster en Estudios Culturales de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), acerca de la experiencia de los beneficiarios del Sisbén y las representaciones sociales que se crean a partir de las prácticas de clasificación, diferenciación y marcación.
Para la investigadora, existen algunos elementos de “colonialidad” que estipulan características diferenciales asociadas con la pobreza que le asignan al beneficiario un lugar inferior en la jerarquía social.
“Es interesante encontrar cómo, frente a todas esas políticas de focalización, los sujetos se definen discursivamente en lo que ellos mencionan como una posición intermedia en la que se es pobre, pero no tanto, para llegar a convertirse en ese otro inferior que condenan los discursos que rigen la política pública”, explica la investigadora.
La magíster recuerda que varios de los consultados, entre ellos beneficiarios de los programas Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Ser Pilo Paga, respondían: “pobre pobre, no soy; es un término muy fuerte, no me identifico como tal porque tengo salud, capacidad de salir adelante, dónde vivir”.
Sin embargo en su discurso también se construyen como sujetos de asistencia que no tienen lo necesario y reproducen algunas de las categorías del discurso técnico y la pobreza, o de necesidades insatisfechas.
“Ellos realizan diferentes acciones que van desde la apropiación estratégica de esas formas de nominación y también la simulación de ciertas carencias, hasta prácticas como esconder objetos o arrendar una habitación para constituirse en pobres válidos de asistencia”, agrega.
Colados en el sistema
Estas anomalías han sido denunciadas por diferentes instituciones. De hecho hace unos días la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) identificó 176.876 colados que reciben salud gratis del Estado. Incluso hay quienes ganan más de 19 millones de pesos mensuales y continúan afiliados al Sistema.
“En los últimos años el Sisbén ha adquirido una centralidad en la política pública al direccionarla en la erradicación de la pobreza, y por eso una buena cantidad de programas sociales están atados a este para que cualquier persona pueda acceder a ellos, según un puntaje específico”, señala la magíster.
Por ejemplo, jóvenes de Ser Pilo Paga afirmaron que este programa generó un cambio en su vida luego de acceder a una institución de educación superior que nunca habían imaginado, porque no podían costearla. “Ellos eran conscientes de su situación al compararse con sus compañeros y algunos ocultaban su origen por vergüenza, porque era válido reconocerse como pilo, pero no como pobre”, indica.
Frente a las denuncias de colados en el sistema, la investigadora señala que, de acuerdo con el estudio realizado, “aquello que se identifica como trampa o manipulación en el discurso oficial constituye una forma de resistencia por parte de aquellos sujetos que tienen escasas o nulas oportunidades frente a los procesos de clasificación de la población, que generan dinámicas complejas de inclusión y exclusión”.
Además de realizar entrevistas semiestructuradas a un grupo de 16 personas y una grupal de 5, la investigadora también realizó un análisis crítico y discursivo de todos los marcos internacionales en documentos del Banco Mundial y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal); igualmente revisó los documentos normativos del Sisbén y del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes).
Mínimos básicos
En cuanto al análisis de los marcos internacionales y nacionales de política pública, “lo más importante es ver que ese modelo de lucha contra la pobreza corresponde a una forma particular del modelo neoliberal que se denomina focopolítica”.
“Consiste en el aseguramiento de unos mínimos básicos de ciertos grupos objetivos, porque ya no es únicamente el más pobre entre los pobres, sino un pobre con capacidad productiva y de autogestión. O sea, debe tener unas características específicas para ser sujeto de política de asistencia”, señala.
Por otro lado, indica que estos organismos internacionales asocian la pobreza con características diferenciales, relacionadas con factores culturales, y por eso fomentan estereotipos sobre los sujetos considerados como pobres y a quienes se les responsabiliza de su propia condición, porque consumen más de lo que producen, son violentos, no tienen educación y tienen familias numerosas, entre otras características.
Finalmente, en Colombia se establecen relaciones entre diferentes elementos como pobreza-violencia, pobreza-desarrollo, crecimiento económico-desarrollo, focalización-universalidad. Se trata de una serie de supuestos a través de los cuales se justifica la intervención sobre la población objetivo. Por eso no solo se interviene a las poblaciones relacionadas con la pobreza, sino con la violencia y el conflicto armado.
(Por: DGH/MLA/LOF)N.° 950