Ciudad & Territorio
Recursos naturales, fuente de investigación en las fronteras
La evaluación de las variables del mar, estableciendo máximos y mínimos de cada valor, permiten monitorear este importante recurso hídrico, determinante en la vida humana y de los ecosistemas.
Bogotá D. C., 27 de agosto de 2020 — Agencia de Noticias UN-Pese a las limitaciones de recursos, la UNAL potencia la investigación en sus sedes de frontera. Fotos: Unimedios.


En la Sede Caribe se espera generar dispositivos que funcionen en el mar en tiempo real y con energía solar.


En la Sede Orinoquia hubo registro de nuevas especies para las cuales se deben realizar estudios de cambios poblacionales.


Esta investigación, una de las muchas que desarrolla la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) desde sus sedes de frontera, estableció en primer lugar el nivel mínimo del mar (-0,31), el máximo (0,37) y un rango de variación máximo (0,68).
La caracterización oceanográfica permite identificar tanto el nivel del mar como la extinción de la luz, la temperatura, la salinidad, el oxígeno y el nivel de pH, unidades y valores que se deben actualizar constantemente para tomar decisiones frente a la relación económica, turística y cotidiana de las ciudades costeras con este cuerpo de agua.
Por medio de la batimetría –medición de la fuerza de gravedad– se conocieron cambios en la marea y otras variables que causan movimiento y reemplazo de agua, y además determinar cada cuánto se produce.
Los investigadores evidenciaron cómo varía la curva de oxígeno diariamente: aunque en el día aumenta por la producción de fitoplancton, en la noche el consumo del fitoplancton, el zooplancton y el fondo –que tiene gran cantidad de materia orgánica consumida por bacterias– produce tal disminución de oxígeno que en ocasiones llega a cero, causando una mortalidad importante de especies.
Los aportes académicos para la comprensión del mar –o de cuerpos más sencillos como la laguna La Escollera, en Santa Marta– permiten establecer el impacto en la comunidad en general, ayudan modelar esta última y a generar trazabilidad para entender los diferentes fenómenos naturales que pueden ocurrir.
Al respecto, el profesor Sven Zea, de la UNAL Sede Caribe, explica que “en una laguna con menos de 2 m de profundidad, una variación de 50 cm es fuerte e indica la influencia de la marea”.
Agrega que “las lagunas costeras, cuerpos de agua marina atrapada con conexiones al mar, son amortiguadores entre la tierra y el mar, fuente de producción biológica y foco de especies marinas foráneas; en general tienen un fuerte impacto antropogénico debido al desarrollo costero”.
Actualmente se está proyectando el diseño y la construcción de sensores y sistemas de comunicación propios para observar y analizar datos en tiempo real. La idea es que estos se puedan sumergir a 1 m de profundidad, que cuenten con comunicación inalámbrica, y una operación en bandas de frecuencias no licenciadas –entre 915 y 923 MHz– para detectar y vincular entornos con internet de las cosas (IoT).
Flora y fauna de la Orinoquia
Así como en la Costa Atlántica, en el oriente colombiano –más específicamente en Arauca– se encuentra la Sede Orinoquia, donde se cuenta con gran variedad de estudios ecológicos, de flora y fauna focalizados en la geografía circundante.
La región de la Orinoquia representa el 22 % del territorio nacional y concentra 156 ecosistemas naturales; el campus de la UNAL, en sus 50 hectáreas, cuenta con ambientes bajo, esteros, mata de monte y bosque joven.
“Esto permite la concentración y presencia de registros animales, organizados en colecciones como HORI y CEO, de la Sede, en las cuales se da cuenta de más de 5.300 especímenes de alrededor de 1.900 especies, y más de 9.000 especímenes de unas 1.500 morfoespecies, con reconocimiento nacional y que permiten la conservación y el inventario de biodiversidad”, explica Néstor Pérez Buitrago, profesor de la Sede.
Tanto el inventario de especies como el conocimiento de variables geográficas y su influencia en la vida humana, además de las identificaciones de nuevos elementos que influyen en la vida humana y animal de las zonas de la Colombia profunda, aportan al conocimiento científico con una perspectiva territorial que potencia las capacidades propias de cada región.
Estas experiencias de frontera, de las que también forman parte las sedes Amazonas y Tumaco, fueron expuestas en UNAL Investiga, un evento de la Vicerrectoría de Investigación que busca conectar y crear redes investigativas nacionales.
La sesión estuvo moderada por Jimmy Vargas, director de Investigación de la Sede de La Paz, la más joven de la UNAL en el territorio nacional.
(Por: fin/LMCJ/MLA/LOF)N.° 864