Salud
Niños con buenos hábitos hoy, menos obesos en el futuro
Malos hábitos alimenticios y falta de actividad física, entre otras razones, han contribuido al incremento de la obesidad infantil.
Bogotá D. C., 24 de febrero de 2011 — Agencia de Noticias UN -Según la nutricionista de la Universidad Nacional de Colombia, Sandra Guevara, desde la gestación es importante seguir paso a paso variables como la correcta alimentación de la madre y la ganancia de peso del bebé, pues se ha demostrado que el bajo peso de los niños al nacer indica que estos podrían tener alteraciones hormonales futuras.
Además, se deben identificar los antecedentes familiares, pues también se ha demostrado que un niño puede padecer obesidad si sus padres son víctimas de este mal. Si solo uno de los padres tiene la condición, existen probabilidades del 25% al 50% que la enfermedad se extienda a sus hijos; de ser ambos, se habla de un 75% de probabilidades, indicó la experta.
Es importante mencionar que en los primeros seis meses el niño solo debe recibir leche materna y, después de esta etapa, se van incluyendo alimentos complementarios como frutas, verduras, cereales y carnes, de acuerdo con las indicaciones del pediatra.
Factores de riesgo
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda que un niño menor de dos años no vea televisión, pues hay una relación muy importante entre la inactividad física y la obesidad.
A esto se suma que mientras ellos ven televisión o están frente al computador o a los videojuegos consumen alimentos de alta densidad energética, como productos de paquete, gaseosas y golosinas en general.
Por su parte, la especialista dijo que tampoco se puede pretender que los niños coman una cantidad de alimento similar a la de un adulto. “Las mamás caen en el error de servirles como si fueran personas mayores y esto los fuerza a comer más de lo que deben”.
Otros factores de riesgo para el menor son contar con familiares con diabetes o hipertensión.
Cómo diagnosticar la obesidad infantil
“Los nutricionistas nos basamos en parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hay que tener en cuenta que conforme el niño gana cierta cantidad de peso, así mismo se debe ver reflejado en su crecimiento”, afirmó Guevara.
Cuando los niños tienen un abdomen prominente o abultado o cuando las niñas de siete u ocho años desarrollan senos pequeños, son señales de alarma, pues, en el último caso, se debe tener en cuenta que la obesidad está relacionada con el desarrollo temprano.
Cómo evitarlo
La especialista fue enfática en que los menores deben consumir cinco veces al día alimentos adecuados, entre estos, y en mayor cantidad, frutas y verduras. Además, deben implementar en su diario vivir actividades físicas que promuevan el ejercicio.
(Por: Fin/jrb/lmp/lrc)N.° 125