Desarrollo Rural
Mujer campesina sigue con más trabajo y menos autonomía
A pesar de llevar a cabo las tareas domésticas, fundamentales para sostener los hogares y la economía campesina, el empoderamiento de la mujer, su autonomía económica y el reconocimiento a su labor –aspectos fundamentales en el punto 1 del Acuerdo de Paz– no son suficientes.
Bogotá D. C., 02 de marzo de 2017 — Agencia de Noticias UN-Así lo constató Eliana Lorena Suárez, magíster en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), en una primera muestra de 19 organizaciones campesinas de Sibaté, Sopó y Sumapaz, de las cuales 15 no cuentan con participación femenina. Las cuatro restantes, por el contrario, sí la tienen, incluso llegando a un 50 %, aunque no en cargos directivos.
En ese contexto, la magíster Suárez entrevistó a fondo a las 26 mujeres que integran la Asociación Municipal de Usuarios Campesinos de Sibaté, la Asociación Municipal de Usuarios Campesinos de Sopó y la Red Campesina Productora de Vida y Paz de Sumapaz.
Encontró que el 70 % de la muestra considera que la mujer es la única encargada de cuidar a los hijos, hacer el aseo, cocinar para toda la familia, y que no le puede dedicar mucho más tiempo a otras actividades.
“En las organizaciones campesinas existe una intención de promover el empoderamiento de las mujeres, pero también vemos que su carga laboral aumenta y que culturalmente aún existen muchos estereotipos frente a su papel en la comunidad”, observa.
Los hombres deben ayudar más
Los hombres también deben involucrarse en los talleres que adelantan las organizaciones campesinas, con el fin de optimizar la participación económica de la mujer y promover su autonomía.
La participación de ellos ayudaría, además, a generar conciencia ante algunos estereotipos machistas que predominan en el campo colombiano, afirma la investigadora de la U.N.
Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (DANE, 2012), las mujeres campesinas dedican al día 8 horas y 12 minutos a labores no remuneradas, mientras que los hombres solo emplean 3 horas y 6 minutos para este tipo de actividades.
Las mujeres se hacen cargo de los niños, realizan tareas domésticas, cuidan las semillas de la siguiente siembra y los animales, recogen leña y agua, verifican el buen estado de la huerta, escogen los alimentos además de prepararlos y, en ocasiones, venden los productos agrícolas.
Preocupa la inseguridad alimentaria
Por otro lado, la investigadora encontró que el 50 % de las mujeres entrevistadas percibe que su hogar se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria.
Esto les implica disminuir las porciones de comida, buscar en el mercado alimentos más baratos y de menor calidad con el fin de satisfacer a todos los miembros de la familia. Cabe aclarar que en promedio los hogares están integrados por cuatro personas.
Otras estrategias para enfrentar esta problemática consisten en acudir a los préstamos de familiares, vecinos o amigos, en quienes también buscan apoyo para la alimentación de los niños; de igual manera vinculan a sus hijos a programas del Estado como “Alimentación Escolar” o los “Centros de Desarrollo Infantil”.
De las 26 mujeres que participaron en el trabajo investigativo, nueve viven en Sibaté, nueve en Sumapaz y ocho en Sopó. La mayoría se casó antes de los 20 años, casi ninguna tiene ingresos fijos y el 90 % es ama de casa.
Cabe recordar que la zona estudiada se destaca por la producción de lechuga, brócoli, espinaca, calabaza, zanahoria, leche, cuajada y queso, entre otros productos.
(Por: fin/JFMM/MLA/LOF)N.° 357