Salud
Lesiones del tracto gastrointestinal serán mejor detectadas
Un modelo computacional construido en la U.N. es capaz de predecir la malignidad de las lesiones submucosas en un 94%, con una precisión del 98%.
Bogotá D. C., 09 de abril de 2014 — Agencia de Noticias UN-Este tipo de lesiones, también conocidas como subepiteliales, son abultamientos o protrusiones que se detectan, principalmente, con endoscopia, en la superficie interna de la pared del tubo digestivo (esófago, estómago, intestino delgado y colon-recto).
“Si durante la endoscopia encontramos una protrusión, suele tratarse de un pólipo o tumor que nace directamente de la capa más superficial llamada mucosa. Sin embargo, las lesiones submucosas aparecen por debajo de dicha capa. Por ello, el aspecto de la mucosa superficial es normal, pero el problema está por debajo”, explica Rosario Albis Feliz, magíster en Epidemiología Clínica.
Por eso, la experta se centró en la construcción de un modelo predictivo de malignidad de las lesiones subepiteliales del tracto gastrointestinal, con el uso de ultrasonografía endoscópica.
Para diseñar el modelo se contó con la participación de 190 pacientes de la Clínica Reina Sofía y del Instituto Nacional de Cancerológica. La magíster utilizó imágenes de ecoendoscopia, donde se observaban lesiones subepiteliales del tracto gastrointestinal.
Albis Feliz asegura que al analizar las biopsias de las mucosas, pueden mostrar una arquitectura normal a simple vista. No obstante, el uso de la ecoendoscopia determina la localización, es decir, si la lesión se encuentra en la pared o por fuera de la misma (intra o extramural), su tamaño y ecogenicidad (capacidad de los tejidos de reflejar ondas de ultrasonido).
“Si la lesión es extramural puede corresponder a compresiones extrínsecas de órganos como el hígado o el bazo; o a patologías intraabdominales diversas no dependientes de la pared. Si por el contrario, la lesión es de la pared (intramural), la ecoendoscopia puede predecir la capa de origen histológica”, señala.
Es ahí donde las características ecoendoscópicas ayudan en el diagnóstico diferencial.
Sin embargo, este diagnóstico incluye lesiones benignas, premalignas y malignas. La diferenciación de estas tres todavía no se ha definido con claridad en la literatura; por esta razón las lesiones subepiteliales del tracto gastrointestinal representan un reto diagnóstico para el endoscopista, para lo cual la ultrasonografía endoscópica (USE) es un alternativa.
Dentro de las características ecoendoscópicas que se relacionan con malignidad se encuentran los bordes irregulares, focos ecogénicos mayores de tres milímetros, espacios quísticos mayores de cuatro milímetros y un tamaño mayor de dos centímetros de los bultos o protrusiones.
Cuando cada una de estas características está presente, aumenta el riesgo de malignidad en un 30%, afirma el investigador, quien añade que durante los últimos años los tumores gastrointestinales ocupan a investigadores de diversas disciplinas por considerarlos potencialmente malignos.
En el modelo creado por la doctora Albis, la variable dependiente tiene un resultado binario: benigno o maligno. En él se aplicó una fórmula utilizada por investigadores estadounidenses en la que se tuvieron en cuenta 18 variables como: tamaño, capa de origen (mucosa, submucosa o muscular propia), heterogenicidad (homogéneo o heterogéneo), presencia de quistes (sí o no) y bordes (regulares o irregulares).
“El análisis aplicado a los 190 pacientes mostró que un tamaño mayor de 25 mm, bordes irregulares y heterogenicidad eran predictores de malignidad”, afirma la doctora.
De los 190 pacientes, 70 (37%) fueron hombres y 120 (73%) mujeres. De ellos, el 75,66% (143) presentaron lesiones benignas y el 24,34% (46) las declaradas malignas, de las cuales 17 correspondían a hombres y 29 a mujeres.
Respecto a los síntomas clínicos, se presentaron más en las lesiones malignas. Solo una paciente mujer con lesión maligna tuvo dolor y ocho pacientes con esta misma refirieron dificultad con la deglución.
“Los pocos síntomas reportados por los pacientes confirmaron que se trata de lesiones asintomáticas que se descubren por endoscopias rutinarias”, amplía la experta, quien concluye que 16 de las lesiones malignas se localizaron en el esófago, 28 en el estómago y dos en el duodeno, lo cual está en relación con la ubicación más frecuente que suele ser en esófago y en estómago.
(Por: Fin/DMH/CAPG/AC)N.° 548