Medioambiente
Rana rubí ha logrado adaptarse a ecosistemas intervenidos
Investigadores de la UN en Palmira han encontrado que esta especie de rana sobrevive en este tipo de ecosistemas, en especial en bosques reforestados; una tranquilidad para la conservación anfibios.
Palmira, 25 de julio de 2013 — Agencia de Noticias UN-La Ranitomeya bombetes, más conocida como la rana rubí, es una especie categorizada como vulnerable (VU) en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y ha sido símbolo de los ecosistemas boscosos del suroccidente colombiano.
Pertenece al género Ranitomeya y a la familia Dendrobatidae, de la cual han sido descritas 28 especies a lo largo y ancho de Suramérica, que están distribuidas específicamente en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil y la Guayana Francesa.
Según el profesor Carlos Alberto Jaramillo, director de la Reserva Nacional Forestal Bosque de Yotoco (RNBY), “este dendrobates habita parches de bosque primario o secundario conservado, agroecosistemas complementados con hojarasca y bromelias epifitas de grandes dimensiones y alta capacidad de almacenamiento de agua”.
Precisamente, para conocer mejor esta especie que se distribuye sobre la vertiente occidental de la cordillera central en los departamentos de Quindío y Risaralda, así como en las dos vertientes de la cordillera occidental sobre el Valle del Cauca, el grupo de investigación de la RNBY ha estudiado por años su hábitat y sus poblaciones.
“Determinamos el uso de microhábitats durante el día por parte de la especie, así como la abundancia poblacional en dos tipos de hábitats: un bosque altamente intervenido y otro con poca intervención humana, lo que nos arrojaría resultados sobre el uso de su entorno”, cuenta Elizabeth Mora, zootecnista e investigadora de la RNBY.
Durante las observaciones de la especie, los científicos han encontrado muchas poblaciones de machos y hembras, sin encontrar ningún individuo joven.
“Estos resultados son bastante interesantes y muestran que los machos y hembras usan los sustratos disponibles; que se ocultan entre la hojarasca, bajo troncos y ramas en el suelo y raíces fúlcreas; y que los machos están en bromelias, donde cuidan a sus crías”, detalla el profesor Jaramillo.
Esto indica que la especie se encuentra más en los ecosistemas intervenidos y bordes de bosques donde hay mayor disponibilidad de bromelias a bajas alturas y mayor proliferación de presas para su consumo.
Elizabeth Mora lo explica: “Eso quiere decir que las ranitas se han adaptado a las condiciones de ecosistemas intervenidos, en especial las encontradas en la reserva, que es un bosque reforestado; lo que nos da tranquilidad como conservadores de anfibios”.
Estos anfibios son bastante exóticos. La hembra en estado adulto solo alcanza a medir 23 milímetros, y el macho es quien cuida y alimenta a los renacuajos hasta que estos maduran y se pueden valer por sus propios medios.
La hembra deposita un único huevo y, una vez eclosionado, el macho insta a su cría a que suba a su lomo. Así, emprende un titánico ascenso a través de los árboles, de entre 8 y 15 metros, en busca de una flor con características únicas para el desarrollo de la nueva rana: una bromelia. En ella, el renacuajo encontrará alimentación y ambientes propicios para su desarrollo, mientras el padre lo cuida.
(Por: Fin/JCR/sup/fgd)N.° 664