Ciencia & Tecnología
La ciencia no se debe evaluar solo por las publicaciones
Aunque es común que las instituciones de educación superior se clasifiquen por su cantidad de publicaciones en revistas especializadas, en la región latinoamericana crece la idea de que la evaluación debe mirar otros aspectos –como la lengua o la rama del conocimiento– que permitan visibilizar sus trabajos.
Bogotá D. C., 18 de noviembre de 2020 — Agencia de Noticias UN-El panel fue convocado por el Centro de Pensamiento Universitario Apuesta por el Sur de la UNAL. Fotos: Unimedios.


Fabiola Gómez, asesora del Viceministerio de Apropiación Social del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.


En palabras de Édgar Prieto, director Nacional de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), “el desbalance en la visibilidad y la dificultad de pertenecer a los rankings más populares ha llevado a crear redes como Scielo, en Brasil, con una visión de inclusión con calidad, de generar un índice que muestre lo latinoamericano”.
Según el directivo, entre los países del sur global están surgiendo cooperaciones como una alternativa a las grandes editoriales de alto costo. Indica además que incluso algunos estudios mostrarían que la tendencia de los sitios de publicación cerrada –es decir en los que se debe pagar para acceder y publicar– ha aumentado el costo, pero no necesariamente la calidad.
Sobre ese punto, Fabiola Gómez, asesora del Viceministerio de Apropiación Social del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, señala que “los sistemas actuales siguen basados en métricas en las cuales el impacto de una publicación es una simplificación engañosa. Se han encontrado dos errores principales: que no se valora el impacto real de la investigación en la ciencia, sino dónde fue publicada, y que los editores independientes tienen ‘demasiado poder’”.
A eso le suma que normalmente las revistas abiertas tienen un impacto bajo y los investigadores no suelen publicar allí porque una publicación cerrada da más puntos en el escalafón de investigadores.
La investigadora Judith Naidorf, del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación de la Universidad de Buenos Aires, manifiesta que en las comunidades académicas existe un deseo por discutir las formas adoptadas en la región para evaluar la ciencia, las cuales generalmente ha copiado modelos del norte global que obvian la razón de ser de la ciencia latinoamericana.
Por su parte la asesora Gómez considera necesario explorar formas alternativas de medición de la ciencia: “en Latinoamérica no tenemos políticas de evaluación integral del conocimiento; por ejemplo el impacto de las ciencias sociales muchas veces no se puede medir en cifras. Vemos iniciativas como AmeliCA –una infraestructura de comunicación cooperativa para la publicación académica–, que incentiva el acceso abierto, las métricas responsables y los indicadores del impacto de las ciencias sociales y humanas”, señala.
Al respecto, indica que incluso la OCDE y la Unesco han hecho el llamado a cambiar los indicadores, eliminar las barreras y recompensar las buenas prácticas de ciencia abierta.
Pablo Vommaro, director de Investigación del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), argumenta que “los mecanismos actuales no responden a las expectativas o necesidades de los actores o de las políticas públicas de ciencia y tecnología; se deben separar la evaluación de la medición, y si se mide, mirar cómo y qué se mide”.
Agrega que “se deben ver los esfuerzos del multilingüismo para que los indicadores no solo se midan en inglés, ir a una evaluación participativa con la comunidad científica y con la sociedad, que es la que financia la ciencia pública”.
Iniciativas de cambio
El investigador Vommaro señala además que desde el Clacso se han incentivado programas como el Foro Latinoamericano sobre Evaluación Científica (Folec), en el cual se propone evaluar como un proceso y no como resultado, y no limitarse a las revistas sino ver otros formatos de difusión.
El director Prieto revela que la apuesta de la UNAL por el acceso abierto va en tres vías: el repositorio institucional –que reúne los resultados de investigación–, las revistas de la Universidad y las publicaciones en el portal Scielo.
La investigadora Naidorf agrega que “se necesitan espacios de discusión y formación, considerar la evaluación como orientadora de la política científica de los países, encontrar fórmulas propias y contextualizadas y preguntarse una y otra vez cuál es el papel de la ciencia latinoamericana”.
Estas reflexiones se compartieron en el foro “Ciencia abierta, políticas de evaluación científica y divulgación del conocimiento”, desarrollado en el marco de la Semana de los Foros del Plan Estratégico Institucional PLEI 2034 de la UNAL.
(Por: fin/AMV/MLA/LOF)N.° 236