Política & Sociedad
Jóvenes, tejedores de la memoria del conflicto
Para que las nuevas generaciones entiendan los procesos que adelanta el país en el marco del posacuerdo y la implementación de la Jurisdicción Especial para la Paz, es fundamental que formen parte de la construcción de memoria.
Bogotá D. C., 28 de febrero de 2018 — Agencia de Noticias UN-Ariel Sánchez Meertens, asesor del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá. Fotos: Nicolás Bojacá.


La conferencia “Los saberes de la guerra. Memoria y conocimiento intergeneracional del conflicto en Colombia y Sri Lanka” se realizó en la Sala de Conferencias del Auditorio León de Greiff.


Ariel Sánchez Meertens, asesor del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, y quien se desempeñó hasta 2017 como docente del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), hizo un llamado para involucrar a los jóvenes en la etapa que afronta el país por el posacuerdo.
La invitación se hizo durante la conferencia “Los saberes de la guerra. Memoria y conocimiento intergeneracional del conflicto en Colombia y Sri Lanka”, en la bienvenida a la cohorte 2018 de los posgrados en Antropología.
Más allá de un comparativo entre los conflictos que han afrontado estos dos países, el antropólogo enfatizó en la importancia que tiene la enseñanza de la historia del país, para que niños y jóvenes la conozcan y la asuman.
Según su investigación doctoral, después de 26 años de revueltas y decenas de muertos en Sri Lanka, este país asiático nunca implementó marcos institucionales para la enseñanza del conflicto armado que abordaran el pasado en las aulas de clase. Advirtió que este paradigma no se debería repetir en Colombia, por lo que es indispensable crear espacios de discusión sobre el pasado que involucren a las nuevas generaciones.
“No existe una política educativa que aborde la historia del conflicto armado en Colombia, lo cual es contradictorio, ya que en los textos escolares se habla de la resolución de conflictos y de los distintos conflictos armados del mundo, pero no se hace mención al conflicto interno”, afirma el investigador.
Texto a mil voces
En su trabajo etnográfico, el profesor Sánchez tuvo la oportunidad de conversar con 1.492 estudiantes de 40 colegios de 37 municipios del país, zonas en las que abarcó la mayor diversidad posible tanto étnica como geográfica, de afectación por conflicto armado y de su protagonismo en los hechos.
El 28 % de los estudiantes aseguró que la fuente de información para conocer y entender el conflicto armado colombiano son los medios de comunicación, entre ellos la televisión. En ese sentido, el investigador señala que la clave para que estos generen contenidos de calidad y que instruyan a la población está en formar consumidores críticos en las instituciones educativas, entre otros escenarios.
Algunos jóvenes aseguraron que han escuchado sobre el conflicto armado desde que tienen memoria; otros, que conocieron de la historia de su país por los programas de televisión. Sin embargo algunos jóvenes vivieron la violencia por el desplazamiento forzado.
Agrega que debido a la fragmentación de la sociedad, los recuerdos también difieren incluso en las mismas ciudades. Por ejemplo en colegios del norte de la ciudad relacionan la palabra “bomba” con el atentado al Club El Nogal y es recordado por el 95 % de los estudiantes, mientras que este acontecimiento no es mencionado en colegios del sur, hecho que él califica como estratificación de la memoria.
Teniendo en cuenta que los canales de enseñanza son distintos, el profesor Sánchez propone un “texto a mil voces” que sea alimentado por los estudiantes en espacios de escucha en los que se refleje cómo esas memorias de su cotidianidad terminaron enlazadas con la historia de la confrontación armada.
“El Estado puede plantear ese tipo de escenarios a partir de las instituciones educativas, pero rompiendo con esos esquemas tradicionales verticales de producción de saberes y pensando más en una lógica horizontal, en la que los estudiantes de otros puntos del país también tengan una participación en la construcción de saberes locales”, explica.
Finalmente, retomando el conflicto armado en Sri Lanka, el profesor señala que en Colombia se debe hacer un reconocimiento del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que se viene implementando, considerando que en Sri Lanka, después de nueve años de haberse terminado la guerra, no ha pasado absolutamente nada ni para las víctimas en función restaurativa ni en términos de limitaciones de la libertad para los actores responsables de crímenes de guerra atroces.
(Por: fin/DGH/MLA/LOF)N.° 203