Ciencia & Tecnología
Incentivos promoverían eficiencia energética en ZNI
Tarifas diferenciadas, reducción de impuestos, subsidios directos, reemplazo de electrodomésticos viejos y estructuración de nuevos modelos de negocio, son algunos de los incentivos para ampliar el uso de energías renovables en zonas no interconectadas (ZNI) de Colombia, en las que viven cerca de 1,9 millones de personas.
Medellín, 04 de diciembre de 2020 — Agencia de Noticias UN-La definición de los incentivos más adecuados y las alternativas energéticas a la medida de cada uno, según sus características geográficas y recursos energéticos disponibles, es el objetivo del proyecto “Modelamiento y simulación de incentivos para la eficiencia energética en zonas no interconectadas (ZNI)” que se adelanta en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.
El profesor Santiago Arango, doctor en Simulación y en Modelamiento Energético y director del proyecto, indica que Colombia es un país de condiciones geográficas particulares que requieren una aproximación diferente para las ZNI.
En ese sentido, la UNAL trabaja en varios proyectos, como el de la profesora Sandra Carvajal, de la Facultad de Ingeniería de la Sede Manizales, en ciudades como Mitú, que tiene grandes problemas de eficiencia energética.
Además se analiza la implementación de programas de eficiencia energética para invertir en reemplazo de electrodomésticos viejos/ineficientes y capacitar a la población para mejorar hábitos de consumo que disminuyan la demanda de energía y reduzcan los subsidios del Gobierno a la ZNI.
Se están desarrollando modelos utilizando la metodología de dinámica de sistemas con un horizonte temporal de 20 años, incluyendo censos de carga, monto de subsidios, costos operativos, consumo de combustible y emisiones de CO2, con las estudiantes de maestría, Alejandra Ruiz y Laura Montoya, además de un simulador en línea (micromundo) por la doctora Jessica Arias, quienes completan el equipo de trabajo.
Los incentivos evaluados mostraron mejora en reducción del consumo energético y en los costos en función del nivel de apropiación de dichos hábitos por la población. La simulación arrojó un reducción promedio entre 73.000 y 171.000 dólares mensuales en subsidios del Gobierno al área, según la inversión propuesta en los escenarios simulados.
El consumo de combustible se reduce de 5.000 a 12.000 galones mensuales, lo que implica reducción en costos de electricidad. La demanda de electricidad se reduce en promedio entre 0,9 y 2 GWh por año y las emisiones de GEI se reducen entre 650 y 1.422 toneladas de CO2 por año.
Zonas pobres, pero con riqueza natural
Según el Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las Zonas No Interconectadas (IPSE), en 2018 las ZNI ocupaban el 51 % del territorio nacional, 18 departamentos, 6 capitales (Leticia, Mitú, Puerto Carreño, Puerto Inírida, San José del Guaviare y San Andrés), 39 cabeceras municipales, 112 municipios y 1.441 localidades.
“Generalmente las ZNI son pobres pero con recursos naturales que les permiten tener energías alternativas mucho mejores que las tradicionales o la plantas diésel que operan con combustible y tienen riesgo de derrames, generan emisiones contaminantes y ruido”, reitera el profesor Arango.
Por ello, indica es necesario pensar en diferentes esquemas para promover estas energías limpias, que permitan liberar un poco los subsidios del Gobierno, pero sobre todo con posibilidad de tener nuevos modelos de negocio.
Agrega que “con la estrategia de mejorar la eficiencia energética, las redes y la infraestructura física, el servicio se hace más eficiente y termina siendo más económico. Si se hace una inversión adicional por un corto tiempo, después de un par de años se recupera esa misma inversión en reducción de consumo”.
“Las ZNI pueden ser un laboratorio para energías renovables, para pequeños proyectos por ejemplo de paneles solares que terminen siendo sistemas independientes, autónomos y fáciles de mantener”, señala el docente.
Muchas ZNI están en zonas muy calientes, como los Llanos Orientales o La Guajira, que pueden tener paneles solares y generación eólica. “Constituyen un mundo enorme de posibilidades que exigen nuevos modelos de negocio”, según el docente.
Concluye que “no hay soluciones genéricas, se deben hacer a la medida, con estrategias particulares. San Andrés es diferente a Mitú y a las pequeñas poblaciones del Vichada, entonces hay que ser muy creativo para buscar soluciones alternativas”.
(Por: fin/OLML/MLA/LOF)N.° 329