Educación
Experiencias rurales transforman procesos de aprendizaje
A partir de las investigaciones que se hacen con instituciones educativas en las zonas rurales de Palmira, en particular con la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), se han podido transformar procesos de aprendizaje y experiencias de vida.
Palmira, 31 de agosto de 2020 — Agencia de Noticias UN-Proyectos como los del grupo de investigación en Agroecología han propiciado el trabajo con las comunidades, especialmente las rurales. Fotos: Unimedios.


La experiencia de huerto ecológico en la IETA demostró que los recursos naturales se pueden usar en la enseñanza de todas las áreas. Foto: Grupo de Investigación en Agroecología.


A partir de este proyecto, muchos estudiantes de la UNAL Sede Palmira siguieron el camino de la enseñanza rural.


Una de las más significativas fue la adelantada en la Institución Educativa Tablones (IETA), donde el huerto ecológico se utilizó como espacio y herramienta de aprendizaje de las ciencias.
Así lo afirmó la profesora Marina Sánchez de Prager, de la UNAL Sede Palmira, en el ciclo de ponencias “Investigación y extensión: retos y oportunidades para su articulación”, de UNAL Investiga 2020.
La docente contó cómo estudiantes y profesores de la UNAL Sede Palmira y habitantes de las comunidades vecinas han cambiado sus prácticas académicas y de vida a lo largo del tiempo. Muchos de estos procesos se han evidenciado en el Grupo de Investigación en Agroecología, con diversos proyectos realizados en comunidades.
El proyecto en la IETA surgió de la preocupación de que a pesar de contar con 10 sedes rurales, el huerto ecológico no estaba incorporado al proceso de formación.
Cuando los jóvenes se acercaban a los huertos y jardines, siempre lo hacían con mediación de los padres de familia (los agricultores), pues a ellos se les había delegado esta función. Todo esto estaba ligado a que la mayoría de los profesores venían de las zonas urbanas y no tenían mucha formación en estos procesos con la naturaleza, por lo que no sabían muy bien cómo usarlos para sacarles mayor provecho.
Lo primero que hicieron los investigadores fue capacitar sobre el manejo del huerto a los 40 maestros de la IETA. A esta fase también se sumaron los padres de familia, por lo que además de apoyar el proceso aprendieron nuevas prácticas que incorporaron a sus fincas.
Después se caracterizó la zona con datos de altitud, temperatura y distancia del casco urbano, determinando que la primera institución se encontraba a 1.150 msnm y la última a 2.377 msnm, por lo que se presentaban variaciones que se debían tener en cuenta.
Por último, se planearon las actividades a realizar en el huerto ecológico para integrar a los estudiantes a estos procesos y además involucrar este espacio como herramienta de enseñanza en las diferentes áreas impartidas por los profesores.
Estudios prácticos y reales
La profesora Sánchez de Prager cuenta que los resultados fueron muy satisfactorios, pues se pudieron desarrollar actividades para cada asignatura. Para las áreas de matemática y geometría, por ejemplo, se hicieron siembras triangulares, cuadradas y circulares, con las que los estudiantes podían hacer operaciones de área, perímetro, porcentajes y cantidades, entre otras.
En ciencias naturales, el estudio sobre las partes de plantas y flores, poblaciones y ecosistemas, entre otros aspectos, se hicieron prácticos y reales. Al final se comprobó que los huertos se pueden usar de manera significativa en el aprendizaje de todos los currículos.
Después de esta experiencia, en la que se recopilaron 12 cartillas con los productos finales de cada sede de la Institución, no solo los estudiantes, profesores y padres de familia de la comunidad obtuvieron mayores conocimientos y nuevas prácticas, sino que muchos de los estudiantes de la UNAL Sede Palmira involucrados en dicho proyecto empezaron su formación para ser docentes rurales.
La profesora Sánchez de Prager asegura que en estas experiencias existen diversos logros ocultos, entre los que se cuenta el fortalecimiento de escenarios de intervención investigativa en las instituciones y en la Universidad, pues estudiantes tanto de pregrado como de posgrado y profesores aprenden, a su vez, de las comunidades.
Otro de los logros derivados de estas iniciativas es que se ha empezado a cambiar el concepto de que los niños y jóvenes del área rural se deben educar para que salgan de allí a buscar oportunidades en la ciudad.
Por eso, con base en esa primera experiencia, profesores de la UNAL Sede Palmira ahora lideran un proyecto de escuela agroecológica, en el que se forma a los hijos de agricultores para que no migren a las ciudades. Allí se estudian las fortalezas que se tienen para que los jóvenes creen oportunidades a través de innovaciones relativamente sencillas.
“Ahora intentamos ver cómo podemos hacer eco para que estos aprendizajes colectivos, que van a la comunidad, puedan transformar a nuestra Colombia”, concluye la profesora Sánchez de Prager.
(Por: fin/PAGA/MLA/LOF)N.° 878