Ciudad & Territorio
Exclusión propicia vivienda informal en América Latina
El papel del Estado en la provisión de vivienda ha excluido un amplio sector de la población, cuyos miembros se ven obligados a acceder a la vivienda por medio del mercado informal.
Bogotá D. C., 21 de septiembre de 2017 — Agencia de Noticias UN-En este sentido, la profesora Adriana Parias, del Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), sostiene que la política de vivienda en algunas ciudades de Colombia, Chile, Brasil y México no ha sido capaz de convencer a los sectores informales de acudir al mercado formal como una solución a su vivienda.
La informalidad es un fenómeno estructural de las sociedades, y en América Latina está asociado con la industrialización, que implicó que en muy poco tiempo se produjera una migración del campo a la ciudad, evento que no estuvo a la par del ritmo del desarrollo. Este crecimiento acelerado y desorganizado ejerció presión sobre la política de vivienda y del uso del suelo, lo que generó nuevos desafíos para las ciudades.
Según cifras de ONU-Hábitat, en Bogotá más del 28 % de la urbanización se hizo por medio del mercado informal; en Lima este sector provee el 70 % de la vivienda urbana, y en Caracas representa el 80 % de la vivienda nueva.
Así mismo, en el programa radial Observatorio de Gobierno Urbano, del IEU, la profesora Parias afirmó que en la última generación de política de vivienda el Estado colombiano pasó de ser un proveedor directo de vivienda social a ser garante, y en esa medida otorga subsidio solo a la demanda y no a la oferta.
“Esto hace que las personas de bajos ingresos tengan que acceder a la vivienda a través del mercado, y que eso les genere barreras”, afirmó la docente. En tal sentido, agregó que “este proceso ha propiciado la exclusión de buena parte de la población que, sin tener otra alternativa, accede a la vivienda por mecanismos como el mercado informal”.
Al respecto, la profesora Angélica Camargo, de la Asociación Colombiana de Investigadores Urbano Regionales, manifestó que el país necesita una nueva generación de políticas de vivienda capaz de ofrecer suelo económico, bien localizado, de buena calidad, accesible a la población de bajos recursos, y que tenga en cuenta las dinámicas de la ciudad construida: “sería la única manera de competir con el mercado informal”, recalcó.
Mercado primario y secundario
Según la profesora Adriana Parias, existe un mercado primario del suelo informal que se origina a partir de la subdivisión de terrenos rurales o de suelos de expansión, carentes tanto de redes de servicios públicos domiciliarios como de infraestructura vial y de equipamientos urbanos. El agente fragmentador de terrenos delimita los lotes y los vende para que las familias inicien el proceso de autoconstrucción.
“La autoconstrucción es una forma particular de producción de vivienda que coexiste, en competencia y complementariedad, con la producción capitalista y la producción estatal”, explicó.
Se trata de un mercado secundario en el que las viviendas autoconstruidas, que en principio constituyen un valor de uso, con frecuencia adquieren un valor de cambio mediante la oferta mercantil de habitaciones, pisos, o la vivienda completa para el alquiler o la venta.
“Este mercado explica la densificación constructiva y poblacional de la urbanización popular”, puntualizó.
(Por: Fin/IEU-PMA/MLA/LOF)N.° 490