Política & Sociedad
Estados separatistas ponen en riesgo las democracias
La separación de ciudades como Sudán del Sur (África) o Montenegro (antigua Yugoslavia), entre otras, responde a ausencias políticas y económicas que no permitían su progreso.
Bogotá D. C., 02 de noviembre de 2017 — Agencia de Noticias UN-La Unión Europea es el mejor ejemplo de integración para mejorar los sistemas económicos y sociales.


Bruno Theret, economista de la Universidad París Dauphine, invitado al foro ¿Hacia dónde va América Latina? Foto: Ricardo González.


Históricamente han existido compromisos políticos con los deberes sociales y económicos, y si no se da una regulación e instituciones que permitan que esas obligaciones se cumplan, se pueden generar tensiones y conflictos que llevan a la separación de las naciones.
Así lo explica Bruno Theret, economista de la Universidad París Dauphine, Francia, invitado al foro ¿Hacia dónde va América Latina?, organizado por el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri) para hablar tanto sobre el federalismo como sobre la manera de contribuir a que las ciudades no se separen.
El economista francés asegura que las instituciones políticas son inventos de la inteligencia para resolver los inevitables problemas en el ejercicio del poder. Y es allí donde los sistemas federales han contribuido durante muchos años con la estructura administrativa y política para resolver los conflictos y aumentar las posibilidades de acción, como en los casos de Canadá, Suiza y la Unión Europea.
“El modelo de gobierno federalista solo busca mantener la paz para no crear más guerra entre los países; también propiciar una unión política y de mercados en la que los parámetros económicos mundiales no dicten las reglas”, afirmó.
Así mismo considera que en algunos casos lo estados separatistas ponen en riesgo la democracia, porque algunos de ellos no tienen más que la negociación para responder por sus ciudadanos y arreglar los problemas, pero no consideran la posición del ciudadano.
“Esto lleva primero a desarrollar la violencia simbólica y después a una evidencia física porque el sentimiento de pertenencia territorial no se corresponde”, afirma el experto.
Ejemplo de esta violencia simbólica se dio en 1983, cuando el presidente de Sudán manifestó que ese país sería un Estado islámico, lo cual no fue bien recibido por los ciudadanos que no eran musulmanes. Ellos, para oponerse, crearon un ejército de liberación que combatió por 22 años hasta que se generó un referendo que expresaba la intención de separación. Sin embargo está inconformidad le costó al país millones de muertes.
Unidad y diversidad
En el contexto internacional existe una variable que juega un papel importante porque cambia tanto la relación de fuerzas como el régimen de las ideas de las personas y los actores sociales que se representa: el federalismo.
En el intento de combinar unidad y diversidad mediante una Constitución que le da competencias de gobierno federal y de estados federados, se genera un modelo de nación e identidad. En algunos países el federalismo es una situación de desunión, porque existen dos visiones de esta tendencia.
Para Bruno Theret esa división se da en muchos de los llamados federalistas, aunque realmente son antifederalistas “porque para el desarrollo del poder utilizan un Estado federal para construir un Estado unitario”.
Pero –agrega el académico– existen otros que son verdaderos federalistas que piensan que es necesario mantener la pluralidad de las identidades locales dentro de una sociedad para construir un mejor país, en el que se den la equidad y la oportunidad de mejorar la calidad de vida.
Esas competencias federales generan una identidad cultural que plantean cómo definir la nación o la cultura con soluciones pragmáticas para resolver problemas y generar mayor consenso en temas que beneficien a la comunidad.
Finalmente el experto manifiesta que en América Latina el federalismo es complicado porque países como México y Brasil tienen un conflicto de identidad político y sociológico que impide el buen manejo de los bienes públicos. En su opinión, barreras como la corrupción no dejan avanzar hacia una economía sostenible que permita que nuevos recursos fiscales garanticen el desarrollo de un Estado.
(Por: fin/OM/MLA/LOF)N.° 726