Artes & Culturas
Espacios vividos deben ser representados en la arquitectura
Por medio de una exposición artística se busca resaltar el mundo cotidiano de las personas, y cómo desde los espacios de la ciudad se pueden establecer lugares de encuentro que permitan diferentes formas de ser y de estar en el mundo desde la pluralidad.
Manizales, 01 de octubre de 2019 — Agencia de Noticias UN-La exposición abrirá sus puertas el próximo 3 de octubre en el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona de la UNAL Sede Manizales. Fotos: Andrea Marulanda Montes


La profesora Andrea Marulanda Montes (derecha), de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la UNAL Sede Manizales.


En “El espacio vivido”, la profesora Andrea Marulanda Montes, de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, muestra cómo la vida cotidiana de cada una de las culturas es identitaria y no se puede universalizar.
Esta exposición, que abrirá sus puertas al público el próximo 3 de octubre, es producto del trabajo en el Doctorado en Artes que realiza la docente en la Universidad de Antioquia, en el cual busca resaltar el mundo cotidiano de las personas y la manera como hacen del espacio en la ciudad un lugar incluyente y democratizador.
“Con esta muestra, que consta de 33 piezas –22 pinturas en técnica mixta y 11 objetos–, quiero decirles a los arquitectos que no solo es importante validar el espacio planificado, como las grandes y pequeñas obras, sino que también el espacio que no es planificado se debe legitimar para las personas que lo habitan”, comentó.
Según la artista, no puede haber arquitectura si no se gestiona el espacio habitable. La habitabilidad es una cualidad del espacio que se fundamenta en múltiples aspectos, más allá de los elementos arquitectónicos.
Todos los espacios, naturales o artificiales, son potencialmente habitables a su manera. Sin embargo, mientras que en los espacios naturales es realmente indiferente si están o no habitados, los espacios arquitectónicos, sin excepción alguna, necesitan ser habitados, de lo contrario, la arquitectura pasa a ser una obra puramente escultórica.
“El espacio ocupado recobra gran importancia para los arquitectos porque es allí donde tienen cabida los sueños, la intimidad, los recuerdos, la tristeza y la alegría de las personas. Con esta exposición busco destacar la importancia de traer al espacio físico esas connotaciones que son necesariamente emocionales y que deben tener representación en los espacios que habitamos”, argumentó la profesora Marulanda.
El recorrido por las 33 piezas muestra cómo el espacio que ocupa el hombre crea un universo propio que contribuye a su comprensión del mundo. “Nuestra manera de ser, de sentir y de vivir en el mundo como seres humanos la construyen en gran medida los espacios que habitamos; podemos decir que el habitar es más bien un residir junto a las cosas”, manifestó la docente.
Habitabilidad en la arquitectura urbana
Al hablar de habitabilidad y arquitectura no se puede dejar de lado la arquitectura urbana, pues la construcción de espacios de la ciudad también tiene repercusiones sobre la calidad de vida de los ciudadanos; acá también entran a formar parte los espacios no planificados.
Factores como la infraestructura, los servicios, los empleos y la educación hacen que un centro urbano sea o no más habitable. En este sentido, según la docente, una ciudad, al igual que la arquitectura, es ciudad en todo el esplendor de su significado si está habitada.
Erróneamente, a lo largo del tiempo los arquitectos han intentado enseñarles a los habitantes cómo vivir en sus espacios; sin embargo el verdadero trabajo del arquitecto está en interpretar correctamente el habitar, y esto se logra en la medida en que el profesional sea consciente de los aspectos básicos para el correcto funcionamiento de una obra arquitectónica, como los biológicos y psicológicos, que hacen que el habitante establezca una relación de confort y habite el espacio.
“La arquitectura, por tener la capacidad de crear espacios donde el ser humano puede expresarse y vivir libremente, es el único arte o técnica capaz de proyectar habitabilidad. Un buen arquitecto puede darle vida a un espacio, o conjunto de espacios, pero es el dueño el que tiene que darle el alma y apropiarse de ellos”, explicó la docente.
(Por: fin/LGH/MLA/LOF)N.° 745