Artes & Culturas
Enrique Triana deja un legado arquitectónico que sigue vigente
La partida física del gran maestro de la arquitectura es la oportunidad para recordar su obra, enmarcada en edificios como el de Salas de Exposiciones Temporales del Banco de la República, que aún se conservan en muy buen estado y que se mantienen vigentes, como si no envejecieran, a manera de visiones que trascienden el tiempo.
Bogotá D. C., 25 de septiembre de 2020 — Agencia de Noticias UN-“Los años sesenta fueron el renacimiento, el boom, el tope más alto de la arquitectura moderna en el país, una época que no ha vuelto a ocurrir, y el último de sus personajes acaba de partir”.
Así lo afirma el profesor Roger Julián Ruiz Melo, arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y autor del libro Tensión en la balanza: Lecciones de forma y efecto en la obra de Enrique Triana, de la colección Punto Aparte, del Centro de Divulgación y Medios de la Facultad de Artes de la Institución.
Exalumno del arquitecto Triana, el profesor Ruiz recuerda hoy que para su maestro la enseñanza fundamental consistía en que la arquitectura debía nutrirse de la cultura, y especialmente de la cultura artística, con el fin de ampliar los horizontes del diseño en los proyectos del taller.
“Creo que hasta ahora lo estamos entendiendo, estudiando, las cosas no se pueden ver desde encima, hay que dejarlas madurar”, observa.
Producto de su formación y esencia, la misión de Enrique Triana consistió en ser uno de los traductores de las enseñanzas modernas para adaptarlas al lenguaje local. Su obra no parece ajena al entorno, sino que más bien refleja un claro entendimiento de la cultura y un manejo abstracto del lenguaje, lo cual le permite la apropiación, la pertenencia y la aceptación del público bogotano.
Obra de vida
La obra sobre el maestro Triana es producto de la edición revisada del trabajo de grado del profesor Ruiz, presentado en 2010 para la Maestría en Arquitectura de la UNAL Sede Bogotá, dirigida por el profesor Gabriel Rodríguez, alumno y compañero del arquitecto Triana por varios años en el Taller VI.
Para analizar su legado se toma como punto de partida el edificio Salas de Exposiciones Temporales del Banco de la República, en el cual se evidencian las enseñanzas presentes en su obra anterior y se llega a una especie de síntesis de su obra.
“Tensión en la Balanza” es un juego de palabras que trata de acercarse a algo más profundo: Triana indaga en los habitantes cuestionando sus sentidos por medio de un diálogo intelectual con las formas, el cual los lleva al encuentro con la obra y en ella el redescubrimiento del asombro y la emoción en ellos mismos”, explica el profesor Ruiz.
De esta manera, la tensión es la línea fronteriza entre la forma y las emociones percibidas, no es algo accidental, sino la intención de su trabajo: “creo que detrás de todo esto solo puede verse el acto generoso de dar, compartir, invitar y ofrecer emociones; la arquitectura de Triana es encuentro, unión, silencio, dicha”, agrega el arquitecto.
El libro se encuentra disponible en la Editorial UNAL
De Michigan a Bogotá
Nacido en 1929 en Bogotá, el maestro Triana se forma profesionalmente en Arquitectura en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, y se gradúa en 1953.
Regresa a Colombia, donde construye literal y figuradamente una vida profesional próspera que combina varias facetas en más de cinco décadas de trayectoria entre las que se encuentra ser docente de la UNAL Sede Bogotá.
En su quehacer como arquitecto trabajó en la edificación de iglesias, edificios institucionales, residencias uni y multifamiliares y espacios públicos de la ciudad.
La obra cumbre de Triana, según el profesor Ruiz, es el edificio Salas de Exposiciones Temporales del Banco de la República: “considero que en este proyecto se sintetizan todas las intenciones exploradas en la totalidad de su obra, es su obra maestra”, subraya.
En su conjunto, al Museo de Arte del Banco de la República –realizado junto a Juan Rojas Iragorri– se le otorgó el Primer Premio en la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito en su XVI versión y como mejor proyecto arquitectónico en la XX Bienal Colombiana de Arquitectura.
“En él se respiran las proporciones adecuadas, el lenguaje abstracto y silencioso, los contrastes fuertes y a la vez sencillos en el juego de las formas, la exageración controlada e irónica de las dimensiones, el encuentro articulado y elegante de las partes; creo que es una fortuna que Triana haya tenido la oportunidad de haber concluido su obra de esta manera”, expone el arquitecto Ruiz.
(Por: fin/LMCJ/MLA/LOF)N.° 5