Economía & Organizaciones
En el mercado laboral también cuenta el estrato social
El déficit en el sistema meritocrático ha llevado a que no solo el nivel educativo se tenga en cuenta para obtener cargos medios o altos, sino a que el estatus social también se convierta en un factor determinante.
Bogotá D. C., 11 de abril de 2019 — Agencia de Noticias UN-Este fue uno de los hallazgos expuesto en el Simposio “Mérito, sociedad y democracia”, organizado por el Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
Colombia es uno de los países más excluyentes en términos de equidad, ingresos y oportunidades, y además presenta un alto índice de pobreza, aspectos que se reflejan en la evolución de la calidad de vida intergeneracional, de padres a hijos, algo que hasta ahora no se ha considerado.
En la Colombia de comienzos del siglo XX los campesinos y literatos llegaban a la ciudad a formarse, por lo que se suponía que había movilidad en su situación social y económica, y por ende progreso.
Sin embargo el Ph. D. Luis Jorge Garay quiso acercarse a la situación más real de los colombianos, de tal manera que tomó un módulo de una encuesta de 2012 en la que se preguntaba sobre la situación de los padres y de los hijos.
Aunque el investigador reconoce que el estudio tiene deficiencias en representatividad estadística, sí midió los ingresos laborales de los hijos de padres de estrato 1 y de estrato 6, ambos con la oportunidad de terminar sus estudios en universidades públicas. Allí encontró inequidad salarial entre estos dos tipos de profesionales.
Según el estudio, entre un bachiller y un profesional existe un plus en términos de ingresos de 2,8 millones de pesos al mes. No obstante el hijo de padres de estrato alto que estudió en la misma institución pública y con los mismos tres años de experiencia y graduados en el mismo año, tenía un ingreso equivalente a ese plus o premium adicional sobre el universitario hijo de padres de estrato bajo.
“Esto evidencia que el mercado laboral no solo estratifica el conocimiento –procedencia universitaria– sino también la condición social […]. La mayoría del empresariado colombiano no tiene unas reglas de contratación estrictamente meritocráticas, algo que es más frecuente en los cargos medios altos, pues las empresas del país suelen tener un modelo de reproducción del sistema de clases”, señaló el analista Garay.
La falta de un sistema adecuado de meritocracia genera incertidumbre y miedo sobre el futuro de la sociedad, pues no necesariamente a una persona que se prepara se le garantizan mejores condiciones sociales y económicas.
Este futuro incierto conlleva a que se presenten movimientos políticos como el nacionalismo, y a que factores como la migración generen condiciones que atentan sobre todo a lo logrado por las clases medias, ante un abaratamiento de las condiciones laborales y las condiciones de precarización.
El fenómeno se reproduce en todo el mundo, con tres tendencias: el aumento de los márgenes de ganancia de casi todos los sectores de las empresas líderes a nivel mundial; la reducción de la participación de los pagos salariales laborales en el total del producto interno bruto (PIB); y la individualización de los riesgos sociales, que lleva a que estos se privaticen en manos de los mismos particulares, como en el caso de las plataformas digitales de servicios, en las que los trabajadores deben aportar todos elementos de trabajo, no tienen ninguna prestación social ni estabilidad, por lo que deben asumir de su salario los riesgos sociales, explica el investigador.
(Por: fin/DKC/MLA/LOF)N.° 125