Salud
Dengue: ¿hasta dónde afecta el cuerpo?
De una muestra de 97 casos, la mayoría presentaron una patología multiorgánica, siendo el tejido hepático (hígado), esplénico (bazo) y pulmonar los que presentaron mayores alteraciones, lo que demuestra que el virus se puede distribuir ampliamente en diferentes tipos de células en pacientes con dengue grave.
Bogotá D. C., 16 de abril de 2019 — Agencia de Noticias UN-En 87 muestras se evidenció que en el 78,16 % de los casos la infección originó la muerte de las células del hígado.


La expansión mundial del vector Aedes aegypti convierte esta infección en una enfermedad que desafía a la salud pública.


Órganos como el corazón y el riñón también se vieron afectados en algunas de las personas que fallecieron tras haber adquirido la infección en 2010.
Así lo señala Jorge Alonso Rivera, magíster en Ciencias – Microbiología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien analizó muestras de personas fallecidas, muchas de ellas muy jóvenes.
Según datos del Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila), en 2010 se presentaron en Colombia 221 muertes por la infección; de estos, 97 casos fatales. De acuerdo con la historia clínica, estos pacientes presentaron hemorragias y dolor abdominal.
“El mayor número de muertes se registró en grupos jóvenes. El 32 % fue en menores de 10 años y el 12,4 % en el grupo entre 10 y 20 años, lo que una vez más indica que los jóvenes tienen mayor riesgo de presentar un dengue más grave”, comenta el investigador.
Agrega que algunos estudios asocian la severidad de la enfermedad con el género, especialmente el femenino. Sin embargo, en la tipificación realizada se halló que los hombres fueron los más infectados por el virus.
En el hígado y el baz
En 87 casos de las muestras se evidenció que la infección originó: muerte de las células del hígado (hepatocitos) a un 78,16 %, esteatosis o acumulación de grasa en el hígado a un 56,32 % de los fallecidos, hemorragia a un 32,18 % y crecimiento del órgano a un 82,76 %.
Por su parte, en las 42 muestras de personas a las que la infección comprometió el bazo, se presentó un aumento de células normales, llamadas linfocitos, que están contenidas en los ganglios linfáticos.
En las 37 muestras del tejido pulmonar, el 83,78 % presentó edemas por la acumulación de líquidos en los pulmones, y hemorragias en el 54,05 %.
Muestras del tejido renal de 32 personas evidenciaron lesiones vasculares en el 6,25 % de los casos y muerte de células renales en el 15,62 %.
El tejido muscular cardiaco fue el menos implicado en el curso de la infección. De las 22 muestras evaluadas se observaron hemorragias en el pericardio en el 9,09 % de los casos.
El estudio se logró con muestras tomadas del laboratorio de virología y patología del Instituto Nacional de Salud (INS). Se caracterizaron los datos clínicos de los casos, así como los estudios moleculares para establecer los serotipos infectantes del virus y la detección de procesos de replicación viral.
Para el magíster, este tipo de estudios descriptivos arrojan algunas luces sobre los factores implicados en el desarrollo de la enfermedad y, posiblemente, para plantar a futuro estrategias terapéuticas efectivas para el diagnóstico y el manejo de los casos, ya que el panorama epidemiológico ha empeorado en las últimas décadas.
Actualmente, el tratamiento de la enfermedad es paliativo con una terapia de líquidos en la fase aguda y hospitalización para contrarrestar la pérdida de plasma en la fase crítica.
“La expansión mundial del vector Aedes aegypti y del vector secundario Aedes albopictus, convierten esta infección en una enfermedad que desafía a la salud pública, los sistemas de salud y las investigaciones en muchos niveles”, concluye el investigador.
(Por: Fin/DGH/MLA)N.° 144