Artes & Culturas
Chamanes mantienen jerarquía en sus comunidades
A pesar de la persecución religiosa adelantada desde el siglo XVI por los españoles, el chamanismo sigue siendo fuerte en muchas sociedades indígenas de Colombia.
Bogotá D. C., 21 de marzo de 2018 — Agencia de Noticias UN-“El chamanismo es una institución milenaria: cada pueblo tenía su chamán y aprendices de este oficio para reemplazar a los que morían sin perder el conocimiento médico durante milenios y gozando del aprecio de las comunidades indígenas”, comentó el profesor José Vicente Rodríguez Cuenca, del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), durante su conferencia “Chamanismo y arqueología en Colombia prehispánica”.
El chamán, palabra que proviene de la lengua Evenk de Siberia (Rusia), significa “el que sabe”; es un personaje dotado de una vocación involuntaria, heredada o según el capricho de los espíritus. La lógica chamánica implica tanto comprender el mundo como poder actuar sobre él para que los procesos que gobiernan la vida y la naturaleza actúen en beneficio de la comunidad.
En su conferencia, el profesor Rodríguez destacó que en Colombia los chamanes se constituyeron en la principal oposición a la conquista, ya que eran tildados de brujos, charlatanes y embaucadores, por lo que fueron severamente perseguidos y castigados por los curas doctrineros.
El chamanismo de Colombia es una institución muy antigua y su similitud con la de Siberia podría indicar que penetró con los paleoamericanos (antes del 8000 a. C.). Es muy variable en el tiempo, el espacio y el grado de jerarquización social, por lo que estudiarla permite comprender la cosmovisión de los pueblos indígenas, sus rituales y la manera como comprendían los ciclos vitales, productivos y estacionales.
En su trayectoria investigativa el docente Rodríguez ha analizado diversos sitios del país con posible presencia de chamanismo prehispánico, entre ellos los Andes orientales, el Valle del Cauca y la Sierra Nevada de Santa Marta, con el objetivo de abordar la profundidad y la temporalidad de esta institución, sus características principales y sus tendencias históricas.
Tras el rastro de los chamanes
Los rasgos distintivos del chamán han sido analizados a partir de sus restos óseos y del ajuar funerario que, en arqueología y antropología, se refiere a los objetos colocados con el cuerpo de los muertos en su tumba.
Existen evidencias de chamanes en Aguazuque, un sitio arqueológico precolombino ubicado al occidente de Soacha, cerca de los municipios Mosquera y San Antonio del Tequendama, en Cundinamarca. Allí los chamanes se desempeñaban como sepultureros, curanderos y organizadores de rituales, por lo menos desde el tercer o segundo milenio a. C.
En el Valle del Cauca las evidencias se remontan al primer milenio a. C. Su principal característica es que empleaban máscaras de arcilla antropozoomorfas, es decir que fusionaban la figura humana y la animal; también portaban cuarzos y figuras antropomorfas.
“Las máscaras son piezas que recubren el rostro; las elaboran de diversos materiales como oro, cerámica y calabaza, o talladas en madera. Quien la porta pretende disfrazarse y personificar aquello que la máscara representa, pero además tiene un trasfondo de concepciones mágicas y religiosas”, amplía el docente.
En la Sierra Nevada de Santa Marta los chamanes, también conocidos como máma entre el pueblo indígena Kogui, representan la autoridad religiosa. Son los encargados de curar enfermedades, proteger contra ellas y todos los males posibles, conseguir la prosperidad de los frutos del campo, de las chozas, durante los viajes, y del mismo grupo, para lo cual se apoyan en objetos de poder.
En esta región, a pesar de la influencia mestiza en las poblaciones y de su proceso de urbanización, los máma han logrado conservar las tradiciones, los mitos y las costumbres de los sacerdotes antiguos. Sin embargo algunos de sus sitios sagrados han sido profanados o perturbados por actividades turísticas, como en Piedraparada, a orillas del río Guatapurí, en Valledupar.
No obstante los chamanes continúan haciendo ofrendas (pagamento) en estos sitios, pues afirman que así lo establecieron sus antepasados y allí aún reside la energía ancestral.
(Por: Fin/VC/MLA/LOF)N.° 309