Ciudad & Territorio
Censo del DANE, más allá del conteo poblacional
Más que una encuesta para determinar cuántos habitantes tiene el país, el censo de población y vivienda del DANE es una herramienta para tomar mejores decisiones en términos de política pública.
Bogotá D. C., 24 de octubre de 2019 — Agencia de Noticias UNEn esta consideración se basaron la profesora Nubia Ruiz, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, y Jorge Bustamante, exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), para analizar los resultados del Censo 2018, en el programa Observatorio de Gobierno Urbano, que se emite por UN Radio (98.5 FM).
El censo de 2018 muestra que Colombia tiene 48.258.494 habitantes, de los cuales el 51,2 % son mujeres y el 48,8 % son hombres; el 68,2 % tiene entre 15 y 65 años y el 77,1 % vive en cabeceras municipales, mientras que el 15,8 % habita en zonas rurales dispersas y el 7,1% en centros poblados.
La profesora Ruiz resaltó que el proceso de recolección de datos es una labor fundamental para el país: saber cuántos somos, dónde estamos y qué características tenemos: “el DANE hace una labor intensa y valiosa al suministrarnos datos tanto a la academia como a quienes toman decisiones políticas”, dijo.
Más allá del conteo de la población, el censo es un análisis sociológico, demográfico, espacial y territorial, de población y vivienda, es decir, “cuentan mucho más los detalles que están detrás del volumen de la población”, advierte la académica.
En ese sentido, el exdirector del DANE señaló que “lo más importante de los censos es la información que proporcionan para tomar decisiones respecto a las políticas públicas; el censo de población en ciudades, departamentos y a nivel nacional es el denominador de prácticamente todos los indicadores”.
Por eso es importante considerar cómo estas variables poblacionales y demás indicadores se incluyen en los planes de desarrollo y en los planes de ordenamiento territorial y “cómo el territorio se ordena a la luz de quienes lo habitan y no de quienes lo utilizan económicamente”, indicó la profesora Ruiz.
“Es mucho pedirle para los políticos de siempre que piensen en la población como algo determinante para tomar decisiones; siempre se ha reducido el tema de la población a cuántos somos, pero el censo tiene infinidad de determinantes que deben ser analizadas de manera detenida”, reiteró la académica.
En cuanto a la metodología, aseguró que el país ha ido avanzando, pero en un territorio con tantas particularidades las omisiones son significativas. “Las violencias y las dificultades para acceder a algunos territorios no pueden ser la excusa para no hacer el censo”, dijo.
Impactos sobre el territorio
Para el exdirector del DANE, los datos del censo poblacional impactan en la visión de ciudad que se tenga, en el marco de las elecciones locales que se aproximan.
En el caso de Bogotá, explicó, no es lo mismo pensar en un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) con 7,2 millones que con 7,8 millones de habitantes: “el sistema de planeación es diferente”, subrayó.
“Este tipo de variables afinan los resultados del censo para tomar decisiones en términos de políticas públicas con mayor precisión”, afirmó.
Como uno de los elementos a destacar de los resultados del censo, la profesora Ruiz llamó la atención sobre el crecimiento de la población adulta y adulta mayor, pues preocupa que las ciudades no tengan un diseño apto para los niños ni para los adultos mayores.
“La ciudad no tiene equipamientos ni disponibilidad de servicios para esta población, y esto tiene que ver con la política pública del espacio urbano”, expresó.
Además indicó que una situación interesante de analizar es que el crecimiento espacial de las ciudades está sobredimensionado en relación con el crecimiento demográfico, es decir que “en América Latina hay ciudades que crecen tres veces más de lo que crece la población”.
Por tanto, también hay sobredimensión de la producción de vivienda. “El número de miembros de los hogares urbanos es mucho más reducido que el de los rurales. Cuando el mundo se vuelve urbano, los hogares rurales se limitan en su cantidad y la ciudad empieza a producir viviendas para hogares distintos”, puntualizó.
(Por: fin/PMA/MLA/LOF)N.° 847