Desarrollo Rural
Artrópodos, alternativa alimenticia para el mundo
La producción de insectos comestibles reduce la emisión de gases de efecto invernadero, además constituyen una alta fuente de ácidos grasos, hierro y zinc que pueden ayudar a disminuir los índices de anemia en el mundo.
Bogotá D. C., 14 de octubre de 2015 — Agencia de Noticias UN-En el mundo se conocen más de 2.000 especies de insectos que actualmente se utilizan para la alimentación humana.


En Colombia existen 60 especies de insectos comestibles, la más conocida es la hormiga culona santandereana.


De esta manera lo expresó Arnold van Huis, profesor de entomología tropical en la Universidad de Wageningen (Holanda) e invitado a la octava sesión de la Cátedra José Celestino Mutis de la Universidad Nacional de Colombia, que este semestre aborda el tema “Alimentación y nutrición humana y animal, mitos y realidades”.
Según el experto holandés, quien elaboró en 2013 el informe Insectos comestibles, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo se conocen más de 2.000 especies de insectos que actualmente se utilizan para la alimentación humana, esto los convierte en una alternativa importante frente al consumo de carne de bovino, cerdo y aves, entre otras.
“Los insectos producen menos contaminación de amonio (contagio en las cadenas alimenticias que se genera por liberación de las heces de los animales) y menos gases de efecto invernadero en comparación con los generados por otros animales, que pueden producir el 50 % de las emisiones de estos gases y el 17 % de la liberación de amonio en el mundo”, amplió.
En este sentido, para producir un kilo de carne de bovino se necesitan 25 kilos de alimento, mientras que para un kilo de insectos como los grillos, por ejemplo, apenas se requieren dos kilos de alimento.
Otro beneficio es que los insectos pueden utilizar los desperdicios alimenticios de los humanos, la tercera parte de la producción de comida en el mundo se malogra, esto equivale a 1,3 billones de toneladas de desechos.
Durante su charla, el profesor van Huis, quien también es coautor del libro Cocina de insectos. Alimentos para un planeta sostenible, señaló que son muchos los países que comienzan a crear industrias de alimentos con insectos. De hecho, ya es posible encontrar en tiendas de Estados Unidos barras de proteínas o harinas a base de grillo para cocinar.
En su opinión, Colombia podría tener un gran potencial en esta área, pues existen alrededor de 60 especies de insectos comestibles, la más conocida es la hormiga culona santandereana; sin embargo, hay otros como los grillos domesticados y las larvas de coleópteros como el mojojoy, muy consumidos en el Amazonas y otros lugares del país.
En otras regiones como África es común que las personas consuman el gusano Mopani, mientras en Asia ingieren diferentes especies de hormigas que tienen sus nidos en las copas de los árboles. Otro insecto muy conocido en muchos países del mundo para preparar alimentos para perros, gatos, cerdos, peces y gallinas es la mosca soldado negra (Hermetia illucens).
En cuanto a la parte nutritiva, los insectos tienen una proteína similar a la de la carne, poseen mayor contenido de ácidos grasos poliinsaturados, además de hierro y zinc, un factor que ayudaría a disminuir las cifras de la población anémica, que hoy en día es del 25 %.
Por último, el profesor Arnold van Huis afirmó que para el año 2050, la demanda de carne en el mundo crecerá en un 75 %, pero el 80 % de la tierra es utilizada para la ganadería, por esa razón es necesario generar alternativas, pues es imposible que esa demanda pueda ser cubierta en el futuro.
“Lo más importante es que las personas empiecen a entender que los insectos se pueden consumir como un alimento normal y que es un recurso que aporta mucho a la salud y a la alimentación mundial” concluyó.
(Por: Fin/VMH/dmh/CA)N.° 450