Salud
Al proyecto de reforma a la salud le falta discusión
Precarización laboral, falta de modelos de atención primaria y promoción del autocuidado en los ciudadanos son algunos de los temas pendientes por abordar en el Proyecto de Ley 010 de 2020 de Reforma del Sistema de Salud, por lo que es necesario darle un mayor debate público.
Bogotá D. C., 10 de noviembre de 2020 — Agencia de Noticias UN-Así quedó expuesto en el foro sobre el proyecto de Ley 010 de Reforma del Sistema de Salud ¿Qué pasa con los Regímenes Especiales? organizado por Unisalud y la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Este proyecto, “Por medio del cual se dictan disposiciones orientadas a garantizar el derecho fundamental de la salud dentro del Sistema General de Seguridad Social, de conformidad con la Ley 1751 de 2015, y la sostenibilidad del Sistema de Salud”, ha sido el foco de tantas oposiciones, al punto que más de 100 organizaciones gremiales, sociales y sindicales piden que se archive.
Para la profesora Nancy Molina, fisioterapeuta y doctora en Ciencias de la Salud, “el país necesita una ley sobre salud que sea debatida, y que si bien es imposible lograr una unanimidad de opinión, que sí busque tener el máximo consenso con información médica sólida. Por eso el proyecto se debe frenar para lograr esa discusión más profunda”.
Por su parte el profesor Rodrigo Uprimny, catedrático emérito de la UNAL, doctor en Economía y miembro de la Comisión Nacional de Juristas, sostiene que “el Estado debe educar en temas de autocuidado y garantizar, sobre todo, las condiciones sociales y económicas para ejercerlo”.
Agrega que “las sanciones por incumplir medidas de autocuidado serían excepcionales, por eso soy partidario de educación, información con estímulos, incentivos positivos, pues no se trata de castigar al ciudadano si no las cumple, es dotarlo de lo necesario para que lo haga”.
Regímenes sin modificación
La Ley 100 creó los regímenes contributivo y subsidiado, que se consideran como regímenes generales que aplican para la población que no goza de tratamientos especiales. Sin embargo, de esa misma ley sobrevivieron varios regímenes de salud creados para grupos de población o afiliados, conformados básicamente por funcionarios del Estado.
Respecto a los regímenes especiales, los panelistas convergieron en que, en este momento, el proyecto no los modifica pues este es un derecho adquirido según la jurisprudencia, y una vez garantizado no se puede desproteger, y si se pretende cambiar, debe ofrecer los mismos beneficios.
No obstante, para el profesor Mario Hernández, de la Facultad de Medicina de la UNAL y coordinador del Doctorado de Interfacultades de Salud Pública, “cuando los usuarios pueden elegir entre los regímenes especiales estos empiezan a debilitarse profundamente de forma sistemática y más compleja. Por ejemplo, si Unisalud tiene que atender a los docentes jóvenes, y estos terminan yéndose a una atención privada, los recursos que se usarán después para la atención de adultos mayores serán mucho menores”.
Ante la cuestión sobre cómo se podría generar una solicitud más amplia para archivar y revisar con mayor detenimiento el proyecto, los panelistas invitados argumentaron que el panorama es poco alentador.
Para la doctora Molina, “este proyecto se impondrá desde lo político, a pesar de las razones sociales, políticas o legales, por lo que asegura que desde temprano se debe preparar la búsqueda de reconocimiento institucional y que esto debe ir acompañado por una movilización social, pues si no se incluyen diversos grupos sociales, el camino será más difícil”.
(Por: fin/SMC/MLA/LOF)N.° 202