Educación
Charles Bergquist, un historiador autodeclarado "orgullosamente marxista"
El pasado 30 julio falleció en Seattle (Estados Unidos) el brillante historiador y latinoamericanista Charles Bergquist, quien antes de formarse como historiador en la Universidad de Stanford, en donde se doctoró en 1973, vivió dos años en Colombia, a comienzos de los sesenta, como integrante los Cuerpos de Paz.
Bogotá D. C., 04 de agosto de 2020 — Agencia de Noticias UN-El profesor Bergquist estudió el rol que jugó “La Violencia” en el curso singular que habían seguido los trabajadores cafeteros.


En el municipio de Vergara (Cundinamarca), el Profesor Emérito de la Universidad de Washington se involucró directamente con el campesinado cafetero, experiencia que marcaría su vida y su obra.
Así recuerda Ricardo Peñaranda, director del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri), a este Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Según la semblanza sobre su vida y obra, el profesor Bergquist fue profesor en el Departamento de Historia de la Universidad de Duke hasta finales de los años ochenta, cuando decidió regresar a Seattle –su ciudad natal–, donde se vinculó al Departamento de Historia de la Universidad de Washington. Allí fue coordinador de Estudios Latinoamericanos y uno de los fundadores del Centro de Estudios Laborales, e incluso fue uno de los promotores de la fundación del Sindicato Profesoral en defensa de esa Universidad estatal, a la cual permaneció vinculado como profesor emérito luego de su retiro.
En general sus múltiples trabajos estuvieron centrados en las luchas de los trabajadores de América Latina y del impacto protagónico –aunque ignorado– de estas en la vida social y política, además de los ecos de estos procesos transformadores en la propia sociedad norteamericana.
Su primer trabajo: Café y conflicto en Colombia 1886-1910: la Guerra de los Mil Días, sus antecedentes y consecuencias, también fue una primera aproximación a la búsqueda de explicaciones globales a partir de análisis locales, de los grandes conflictos de Colombia y del continente, propuesta analítica que ampliaría en una dimensión comparada en su muy elogiada obra Los trabajadores en la historia latinoamericana: Estudios comparativos de Chile, Argentina, Venezuela y Colombia.
Estas preocupaciones y su interés por vincular los procesos históricos latinoamericanos en la propia historia norteamericana están presentes en su trabajo Labor and the Course of American Democracy: US History in Latin American Perspective.
“Tuve el honor de participar con Bergquist y con el historiador Gonzalo Sánchez, en calidad de editores, en la publicación de dos volúmenes sobre historia contemporánea de Colombia, que han sido un importante vehículo de divulgación de la producción académica colombiana entre el público universitario norteamericano: Violence in Colombia 1990-2000: Waging war and Negotiating Peace, proyecto que solo pudo llevarse a cabo gracias a su empeño y energía”, recuerda el profesor Peñaranda.
Siendo un historiador que se declaró orgullosamente marxista, nunca se acomodó a interpretaciones fáciles o esquemáticas de los conflictos políticos latinoamericanos y colombianos en particular.
Todavía recordamos las polémicas que desataron sus interpretaciones sobre “La Violencia” y el rol que jugó en ella el curso singular que habían seguido los trabajadores cafeteros, protagonistas centrales de la historia rural colombiana durante la primera mitad del siglo XX.
Aun recientemente, siguiendo esta línea analítica, participó en el debate sobre la singular presencia –a su juicio ausencia– de la izquierda democrática en la sociedad colombiana y la relación de esta paradoja con la trayectoria de la insurgencia armada en nuestro país, a la que no dudó en calificar como el “resultado trágico de una equivocada interpretación de la historia”.
Una muestra de su apego por Colombia fue la modesta casa que por años conservó en el barrio de La Candelaria de Bogotá, donde acogió polémicas interminables sobre la historia y la política. Profesor invitado de varias de nuestras universidades, entre ellas la Universidad Nacional –de la que recibió la distinción de Profesor Honorario en 1997–, fue también miembro de varios consejos editoriales de revistas colombianas, entre ellas Análisis Político.
“Bergquist ha sido sin dudas el historiador norteamericano más influyente en la historiografía colombiana. Sus colegas y amigos lo recordaremos siempre por su particular sentido del humor, aun frente a las adversidades, y por su fe inalterable en la construcción de una sociedad democrática, en la que habrían de jugar un rol relevante los trabajadores y sus luchas por el control de sus vidas”, señala el profesor Peñaranda.
(Por: fin/RP/MLA/LOF)N.° 762