Salud
Viviendas precarias, riesgos inminentes para la salud
Al menos 21 riesgos ligados a una vivienda insalubre fueron identificados en un estudio en la localidad de Ciudad Bolívar, Bogotá.
Bogotá D. C., 20 de marzo de 2015 — Agencia de Noticias UN-En total, se identificaron 9 indicadores de posibles epidemiologías relacionadas con saneamiento, 7 con espacios y materiales de vivienda, 3 con el entorno y 2 con la seguridad.
Los peligros van desde accidentes, complicaciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares, efectos perinatales, virus, quemaduras y problemas de salud mental, hasta la reducción de la esperanza de vida.
La carencia de prestación de servicios domiciliarios, falta de acceso a agua potable, falta de higiene en cuidado de animales, saneamiento inadecuado de las cocinas, mal almacenamiento del agua y de residuos sólidos y líquidos, manipulación incorrecta de alimentos, mala ventilación y presencia de roedores e insectos son los mayores riesgos que dejan en condición de vulnerabilidad a esta comunidad.
Con respecto a este último indicador, Juan Carlos García, docente del Departamento de Salud Pública de la U.N., sostiene que hay una estrecha relación entre la abundancia de ratones e insectos, y la poca cultura en el manejo de basuras. El problema, de acuerdo con el estudio, es identificado en el 100 % de las familias participantes.
Los peligros relacionados con la vivienda son falta de confort y de espacios suficientes y separados, inseguridad estructural, viviendas provisionales, materiales en mal estado, tenencia y satisfacción de vivienda, además de la ilegalidad en el sector.
Las carencias de equipamiento urbano, y la exposición de las viviendas a terrenos inseguros y zonas desprotegidas contra la contaminación fueron los indicadores de entorno. Entre el 60 % y 90% de la población requerida para el estudio de caso, se identificó la problemática.
En materia de seguridad, a partir de lo mencionado por la gente, se reportó el mal uso de combustibles y fuentes calóricas y energéticas, así como de contaminantes químicos. A partir de estos casos, se determinaron los riesgos presentes en la población: quemaduras, accidentes, infecciones y hasta envenenamiento.
El trabajo fue realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, la Distrital y la Piloto, en 15 familias residentes del sector conocido como Mochuelo Bajo.
Según el profesor Juan Carlos García, estos índices se convirtieron en la base para una propuesta educativa, que busca empoderar a la comunidad para presionar al Estado en cuanto a la solución de sus problemáticas.
A partir del registro de las condiciones mínimas que debe presentar una vivienda, se evalúan las condiciones de la población estudiada, que se ubica en bajos niveles de estratificación y en viviendas con deficiencias en su construcción.
Con base en los hallazgos encontrados en Mochuelo Bajo, el profesor Juan Carlos García sostiene que hay propuestas de corte educativo en las que se busca concientizar a las familias, empezando por los adultos responsables.
“Es una población flexible que también maneja un conocimiento propio que debe ser respetado. Este es un reto porque no se tiene una respuesta total, hay que adaptarse a cada comunidad. El objetivo es atraer su interés”, agrega.
El enfoque de estas iniciativas, según lo muestra la investigación, es construir alternativas a partir de situaciones reales con trabajo en equipo, debates, trabajos prácticos y elaboración de materiales.
El profesor García, junto con los investigadores César García, de la Universidad Distrital, y Camilo Torres, de la Piloto, fueron los responsables de este trabajo en el sur de la capital.
(Por: Fin/DSGM/MLA/DAL)N.° 987