Política & Sociedad
Vivienda de interés social, alternativa mal hecha
Hermógenes García Urquiza habita en una de las 11.949 viviendas de la ciudadela El Recreo, uno de los proyectos de vivienda de interés social gestionados por la firma distrital Metrovivienda en Bogotá.
Bogotá D. C., 26 de marzo de 2010 — Agencia de Noticias UN–Su apartamento, ubicado en el cuarto piso de uno de los tantos edificios que integran esta “pequeña urbe” de la localidad de Bosa, cuenta con todos los servicios públicos e, incluso, con señal de Internet. Sin embargo, aunque don Hermógenes lleva más de un año viviendo allí, no conoce a sus vecinos más cercanos, se encuentra asediado por la inseguridad y tiene que armarse de paciencia cuando desea transportarse fuera de la localidad ante la falta de vías adecuadas.
Este es solo un ejemplo de los problemas que enfrenta actualmente la vivienda social en altura o edificios de vivienda de interés social (VIS), tema que aborda el arquitecto Sergio Alfonso Ballén Zamora, magíster en Hábitat de la Universidad Nacional de Colombia. Él ocupó el segundo lugar en el Premio Iberoamericano de Tesis de Investigación sobre Vivienda Sustentable 2009, gracias al estudio titulado Vivienda social en altura: tipologías urbanas y directrices de producción en Bogotá.
Según la tesis expuesta por Ballén, actualmente la vivienda en altura puede considerarse como un fenómeno del mercado inmobiliario sobre una localización específica, con el propósito de lograr el máximo aprovechamiento del suelo de acuerdo con los márgenes de rentabilidad. Márgenes que excluyen a la población de bajos recursos, como las personas de estratos 1 y 2, lo que provoca un aumento en la segregación de la ciudad, pues consolida la concentración de actividades, población, servicios, conjuntos cerrados y condiciones urbanas aventajadas en una porción del territorio.
“Las condiciones urbanas en que se da la vivienda en altura para habitantes de bajo poder adquisitivo no tienen mayor atractivo. Las edificaciones están ubicadas en la periferia o en sectores marginales, su estructura es de baja calidad y no existe o no se aplica un patrón de ordenamiento territorial por parte del Estado en relación con la concentración de población y edificaciones en determinadas zonas. Esto constituye una violación del derecho a la ciudad y la vivienda digna”, señala el autor de la tesis de maestría.
El reto que hoy enfrenta Bogotá y el resto del país es cómo tratar de manera articulada la renovación urbana con la producción social de vivienda y el mejoramiento barrial. Para ello, es necesario que la intervención de cada uno de estos elementos se centre en asegurar la vivienda social para la población más necesitada, puesto que las zonas más favorecidas hoy por la renovación son aquellas con mayor valor del suelo y con un potencial rentable demandado por y para población de altos ingresos.
En ese sentido, el estudio propone, entre otras, las siguientes líneas de acción para la aplicación de VIS de altura en Bogotá: construir viviendas multifamiliares de altura media, entre cuatro y seis pisos, sin extensas galerías de circulación interna, teniendo en cuenta la conformación de la arquitectura y la demografía dentro de un sector de intervención; revaluar las características de una vivienda de apartamentos para la población desplazada, reasentada o de interés prioritario, en la conformación de los espacios, las actividades y en la aplicación de alternativas de producción económica en el espacio público.
Así mismo, establecer políticas públicas dirigidas al control de la especulación en los precios del suelo urbano y, finalmente, reforzar con trabajo social las cooperativas o asociaciones comunitarias locales en los nuevos proyectos habitacionales para la población de bajos recursos, lo que implica la gestión del riesgo, el conflicto y la convivencia. “No está de más revisar los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) en relación con el tema del aprovechamiento del suelo y su articulación con una normativa de aumento de las densidades demográficas en la ciudad, que sea clara, precisa y con responsabilidades para los diferentes actores”, finalizó Ballén.
(Por: Fin/ftl/feb)N.° 10