Política & Sociedad
Seguridad y defensa, un tema poco estudiado por la academia
“El país tiene muchos politólogos, expertos en convivencia, procesos de paz e identidad ciudadana, pero no en los temas de seguridad, defensa, fuerzas militares y policía".
Bogotá D. C., 10 de marzo de 2020 — Agencia de Noticias UN-Así lo advirtió Andrés Dávila, maestro y doctor en Ciencias Sociales, quien considera que “el conocimiento de los civiles respecto a estos temas es muy bajo, prácticamente toca empezar por el ABC sobre qué sabemos y qué no”.
En ese sentido, señala que para lograr avances en el campo académico sobre el tema también debe haber un mayor involucramiento e interés por parte de la sociedad civil.
Estas reflexiones se analizaron en el XV Seminario Seguridad y Defensa organizado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), al cual fueron invitados, además del profesor Dávila, el sociólogo Armando Borrero y el coronel (r) Carlos Alfonso Velásquez, del Ejército Nacional, para hablar sobre el papel que las instituciones de seguridad y defensa juegan en la sociedad civil, y los retos de la academia y el Estado frente a ellas.
Uno de los primeros problemas abordados en la discusión fue la organización de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, su lugar en la institucionalidad estatal, y cómo se puede investigar para tener un marco claro del diseño de la defensa y la seguridad nacional en la discusión de los riesgos y amenazas para el país.
“La definición de los riesgos y amenazas es clave en la investigación para construir las estrategias nacionales en las que el papel de la milicia en toda su historia ha sido el de una fuerza dirigida hacia el control del orden público interno del país”, aseguró el sociólogo Borrero, especialista en Derecho Constitucional, invitado al panel “Retos y perspectivas de investigación en seguridad y defensa”, en el marco del Seminario.
Un Ejército profesional
Otro de los temas que se pusieron sobre la mesa fue la modernización militar, en términos de tecnología de punta, armamento inteligente, mayor movilidad y mejoramiento de instalaciones.
Ante esto, el sociólogo Borrero argumentó que esta no era una solución viable a los problemas de seguridad y defensa, pues eso implicaría más capital y menos mano de obra, algo para lo que el país aún no está preparado.
Agregó que “más que una transformación tecnológica, se necesita una transformación hacia un ejército completamente profesional, un soldado educado, bien entrenado, consciente de los motivos por los cuales está dispuesto a combatir, y no como la mayoría de ellos, que ingresan a las fuerzas obligados, siendo estos jóvenes los más desprotegidos en términos de inequidad social”.
Por su parte el coronel (r) Velásquez, magíster en Estudios Políticos, defendió la idea de mejorar las Fuerzas Militares: “el Ejército no es el tipo de fuerza para defender situaciones híbridas como las que suelen ocurrir en zonas rurales; es una fuerza con características de letalidad, y por lo tanto se deben fortalecer y ser lo suficientemente disuasivas ante cualquier amenaza externa”.
Apoyó además la implementación de una “guardia rural”, que para él sería un “híbrido” entre las Fuerzas Militares y la Policía, entes que tendrían que reeducarse y manejar diferentes indicadores de efectividad.
Además de considerar viable mejorar las instituciones, está de acuerdo con que se incluya a la academia para tomar decisiones.
El Seminario estuvo liderado por el Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa de la UNAL, en cabeza del profesor de la Facultad de Derecho Alejo Vargas Velásquez, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la UNAL y analista de los temas de seguridad, defensa y paz.
Además del panel, en el seminario se trataron temas como “las relaciones civiles-militares en América Latina hoy”, “la lucha contra el crimen organizado en Latinoamérica” y “la seguridad y la energía: el estado del arte”.
(Por: fin/SMC/MLA/LOF)N.° 215