Salud
Salud de poblaciones indígenas requiere una mirada integral
A la hora de conformar los perfiles epidemiológicos sobre la salud de la población indígena del Amazonas, el personal encargado debe tener en cuenta su realidad cultural para poder brindarles una atención real a sus dolencias.
Bogotá D. C., 13 de julio de 2020 — Agencia de Noticias UN-“La salud de estas comunidades trasciende de lo entendido por la medicina como un mal biológico en la persona, y, por el contrario, considerado un pensamiento holístico que se relaciona con territorio, crianza, educación, formación del cuerpo, dietas y sexualidad”.
Así lo asegura Juan Felipe Guhl Samudio, doctor en Antropología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su investigación aborda el pluralismo médico y la intermedicinalidad a partir de sus experiencias vividas en diferentes viajes al Amazonas colombiano, además de la recopilación de testimonios de indígenas de las etnias Yukuna-matapí y Letuama-tanimuka.
Esa intermedicinalidad es entendida como la relación que existe entre la medicina occidental y otros tipos de sanación dentro del plano médico, y cómo estos planes de salud que han entrado en las comunidades han generado nuevas dinámicas frente a los procesos de salud y atención.
Según el doctor Guhl, en ella la salud va más allá de las causas biológicas propias del organismo: “las personas no solo están sufriendo daños biológicos en su organismo, sino que a través de sus percepciones y formas de entender el mundo culturalmente pueden adquirir ciertas enfermedades”.
“Pensamiento-alma”
El chamanismo es otro de los temas abordados en la investigación, en la que uno de los temas centrales es el concepto de pechují, que quiere decir “pensamiento-alma” y se podría explicar como la esencia que poseen los animales, objetos inanimados y personas.
“Todos poseen su propio pechují haciendo que el cosmos-mundo y sus lugares estén conformados tanto por los pensamientos-almas de las entidades sobrenaturales como por los espíritus errantes, objetos mágicos y de los demás seres de la naturaleza, lo que se ha llamado humanos-verdaderos, humanos-animales/vegetales y otras formas animadas como la enfermedad”, explica el doctor Guhl.
Los especialistas pueden adherir a su cuerpo múltiples pechují, pero a la vez este puede ser robado o intercambiado por las personas y otras entidades, lo que produce enfermedades de distinta índole causadas por los jarechinas, los animales o los “dueños” de otros mundos que suben y bajan para conseguir su cacería, es decir el pechují de la gente.
Todo este sistema se relaciona con los lazos de reciprocidad, alianza entre las malokas tanto físicas como espirituales, ya que es con sus dueños con quienes se negocia para adquirir el alimento como la prevención para no enfermar.
Así mismo, además de su pechují, las personas tienen un recubrimiento espiritual llamado na’mácana (camisa), que al ser rasgada o agujereada hace que los individuos enfermen, siendo curados por los chamanes que poseen la habilidad de realizar “remiendos”.
A la hora de valorar la salud de estas comunidades es fundamental tener en cuenta estas y otras consideraciones, advierte el investigador.
(Por: fin/SMC/MLA/LOF)N.° 680