Ciencia & Tecnología
Reducir la brecha digital, clave para construir ciudadanía
Con un modelo de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ambientalizado se busca combinar datos técnicos cuantitativos e información cualitativa como impacto social, cultural, ecológico y moral, con el fin de que los programas de inclusión tecnológica tengan éxito y sean sostenibles en el tiempo.
Manizales, 23 de julio de 2020 — Agencia de Noticias UN-Julián Sepúlveda López, magíster en Administración de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, explicó que con este modelo se evalúa el impacto de las TIC sobre la calidad de vida de las personas de una comunidad específica y va más allá de los indicadores actuales que se limitan a medir el número de equipos entregados, conexiones de banda ancha y tabletas a disposición.
Para la investigación se realizó un proceso de ambientalización de los proyectos TIC. “Ambientalizar es ver más allá de lo obvio y no solo un impacto inmediato, es involucrar más variables que permitan tener una visión más completa y compleja de la situación, explica la profesora Luz Arabany Ramírez Castañeda, de la Línea de Investigación en Administración, Organizaciones y Complejidad Ambiental de la UNAL Sede Manizales.
En su concepto, “ambientalizar también es incluir a las comunidades y culturas afectadas y que afectan el proyecto, observar los cambios e involucrar aspectos que antes creíamos independientes de los objetivos propuestos”.
Construcción de ciudadanía
Uno de los aspectos fundamentales para construir ciudadanía es cerrar las brechas que existen entre los diferentes grupos poblacionales, punto en el cual es evidente la importancia de las TIC.
“La tecnología permite que las personas formen parte de discusiones sociales, que se enteren y tengan conocimiento de sucesos del ámbito local, nacional o internacional”, subraya el investigador Sepúlveda.
Agrega que una gran ventaja de estas herramientas es que no solo se posee la forma de comunicación sino de participación activa en los procesos.
Para medir el impacto de la Inclusión Digital se estudiaron diferentes variables que pueden sobrevivir en el largo plazo, que beneficien a la comunidad involucrada, y al final logren su principal objetivo: contribuir al desarrollo del territorio en el cual se encuentra.
Para ello se analizaron los programas de inclusión digital como Vive Digital, Apps.co, MiPyme, Red Nacional de ViveLab, EnTIC confío y Redvolución, y se encontró que los principales inconvenientes de estos planes tienen que ver con la formulación y la evaluación, etapas de las cuales depende el éxito y el impacto de un proyecto.
La primera es la guía para determinar si un proyecto es viable y, de serlo, seguir los pasos necesarios para conseguir su buen desarrollo; la segunda se compone de técnicas o herramientas que permiten verificar si los objetivos buscados con el desarrollo del proyecto se cumplieron.
“De esta revisión se concluye que faltan mecanismos complejos, que permitan realizar una evaluación de proyectos de inclusión digital. Más importante aún, usar esta complejidad y ambientalización como mecanismos para medir el impacto y la sostenibilidad del proyecto; identificar si aporta a la construcción de ciudadanía, generando así un proceso de retroalimentación positivo”, destaca el investigador.
Para ambientalizar estos proyectos e involucrar variables y relaciones complejas es necesario incluir y describir otros aspectos que, en conjunto, constituyen los proyectos TIC para inclusión digital: técnico, financiero, normativo, social, cultural, ecológico y moral.
Uno de los aspectos cualitativos, que involucra la parte social, es fundamental para el tipo de proyecto en análisis, ya que, según el MinTIC, por medio de la gestión del ecosistema digital se busca tocar de forma positiva a las comunidades.
Desde el aspecto cultural se pretende que el proyecto identifique los beneficios o problemas que va a traer consigo la implantación de la herramienta tecnológica o su verdadera apropiación por parte de la comunidad.
El aspecto ecológico también es relevante, debido a las nuevas olas de gestión verde, pensada en pro del medioambiente. Por este motivo y teniendo en cuenta el gran impacto ecológico que pueden tener las TIC, se decide incluir este aspecto.
Por último, el Aspecto Moral, que no se condiera a la hora de medir el impacto de un proyecto, tiene que ver con la influencia positiva o negativa que tenga el proyecto en las comunidades. “Básicamente se refiere a establecer el ser y el actuar de quien está planeando y realizando el proyecto”, observa el investigador.
(Por: fin/LGH/MLA)N.° 724