Análisis
Inteligencia y contrainteligencia necesitan reglamentación clara
El 17 de abril de 2013 se expidió la Ley 1621 que corresponde a la ley estatutaria de inteligencia y contrainteligencia. Los expertos dialogaron sobre su contenido en UN Análisis* de UN Radio.
Bogotá D. C., 03 de julio de 2013 — Agencia de Noticias UN-La inteligencia y la contrainteligencia son las piedras angulares de cualquier Estado. - www.vanguardia.com


Este 2 de julio se celebró el Día de la inteligencia y se cumplieron cinco años de la “Operación jaque”. - micolombiatv.blogspot.com


Desde el punto de vista del Estado, las actividades de inteligencia y contrainteligencia son legítimas, pero entrañan riesgos para las libertades individuales. - www.guioteca.com


Germán Arenas, asesor jurídico del Comando General en la jefatura de Inteligencia y Contrainteligencia de las Fuerzas Militares de Colombia explicó los conceptos de inteligencia y contrainteligencia. La inteligencia es un proceso a través del cual se realiza la recolección de una información que es analizada y luego difundida. Contrainteligencia es ese proceso encaminado a proteger el conocimiento obtenido para que no se fugue la información y garantizar la seguridad del personal y la infraestructura.
Por su parte, Guillermo Parada, conductor del espacio, recordó que este 2 de julio (Día de la inteligencia) se cumplieron cinco años de la “Operación jaque”, gracias a la cual fueron liberados la excandidata presidencial Ingrid Betancur y tres estadounidenses secuestrados por la guerrilla de las Farc. Además, hizo un recuento del camino legislativo que pasó esta iniciativa antes de convertirse en ley estatutaria, la cual fue presentada desde 2011.
“La primera ley de inteligencia que se tramitó en el país tuvo un problema y es que se gestionó como ‘ordinaria’ en el Congreso de la República. La Corte se pronunció y en su control de constitucionalidad indicó que debía ser estatutaria en virtud de que tiene incidencia en los derechos fundamentales”, recalcó Arenas.
Desde el punto de vista del Estado, las actividades de inteligencia y contrainteligencia son legítimas, pero entrañan riesgos para las libertades individuales; por esta razón, la regulación de las mismas debe estar dirigida a que estas amenazas no se materialicen.
El sociólogo Óscar Useche, profesor de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, relacionó esta situación con lo que está sucediendo con Estados Unidos y el escándalo de espionaje, después de que el contratista Edward Snowden revelara los programas con los que se recolectaban los datos de los estadounidenses.
En el artículo 17 de la ley dice que el monitoreo no constituye interceptación de comunicaciones. “No es lo mismo el monitoreo que la interceptación. Para intervenir las conversaciones telefónicas se necesita una orden judicial mientras que el monitoreo se da en situaciones preventivas y aleatorias, de acuerdo con la Corte”, señaló Arenas.
El proceso a seguir es el Plan Nacional de Inteligencia, así como la reglamentación y la revisión de la Corte. Luis Guillermo Pérez, miembro del Colectivo José Alvear Restrepo, consideró: “Nosotros presentamos las opiniones sobre la inconstitucionalidad de varios de los artículos. Claro que estamos de acuerdo con que esta norma debe ser reglamentada, sin embargo, estamos preocupados con algunos elementos, como es el caso del monitoreo, porque puede violentar derechos fundamentales de la intimidad de las personas. También denunciamos actividades de inteligencia ilegales del Estado, que no solo incluyen la interceptación telefónica sino que se usa la información en contra de los defensores de derechos humanos o periodistas independientes”.
Posteriormente, el politólogo Humberto Alarcón afirmó: “Tenemos que deshacernos de la imagen de una inteligencia pensada exclusivamente a nivel interno, sino también para tener ojos y oídos en las regiones. Claro que es impresentable lo que sucedió con el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), y pensar que nuestros enemigos eran los ciudadanos nos llevó a una serie de errores, pero hay que reconocer que la inteligencia estratégica está madurando”.
Sin embargo, Useche resaltó que esa situación no ha cambiado y que muchos funcionarios del DAS hoy pertenecen a la nueva Agencia de Seguridad. “La inteligencia no se debe mezclar con la política y, tal vez, eso fue lo que acabó con el DAS, porque el mayor riesgo es perder el espacio y la soberanía. Colombia lo perdió porque no tuvo una buena capacidad de inteligencia y el conflicto armado ha hecho que la agenda exista en lo interno. Por eso, hay muchas expectativas con la nueva agencia, ya que se debe entender que la comunidad de inteligencia es especializada, técnica y no política”, concluyó Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad, Defensa y Asuntos Internacionales (Cesdai).
*Escuche nuevamente el programa en la página web http://www.unradio.unal.edu.co/detalle/cat/un-analisis/cy/2013/cm/7/article/martes-de-temas-sociales-29.html.
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(Por: Fin/CJSR/sup)N.° 466