Economía & Organizaciones
Prácticas empresariales reducen riesgos en desempeño
La práctica, como ejercicio en la formación de los diseñadores, además de aterrizar al estudiante en la realidad, incrementa el ciclo de vida profesional y contribuye a fomentar la cultura del diseño.
Bogotá D. C., 14 de agosto de 2012 — Agencia de Noticias UN-Con estas palabras, el profesor Juan Pablo Cortés, de la Escuela de Diseño Industrial de la UN en Bogotá e invitado al III Seminario en Pedagogía del Diseño, define la importancia de esta retroalimentación, en cuanto instrumento que sirve, adicionalmente, para descubrir la empresa por dentro.
El académico dice que los beneficios saltan a la vista, pues, apenas en una década que lleva trabajando en este programa de prácticas, la UN suma 427 estudiantes y 215 empresas de diferentes tamaños y sectores (maderas y muebles, metalmecánica liviana, cuero-calzado, servicios y artesanías, entre otros).
“Hoy contamos con elementos que, entiendo, muy pocos programas en la UN tienen. Se trata de insumos surgidos del trabajo con empresas a través de los cuales hemos podido construir unos indicadores que nos dan cuenta de las fortalezas y debilidades que tenemos”, señala.
Y agrega: “Una de las alternativas para que la empresa conozca el valor, la utilidad y la importancia del diseñador dentro de la organización es por medio de los estudiantes practicantes”.
Asimismo, el docente hace referencia a los actores favorecidos con este ejercicio. En primer lugar, destaca al estudiante como primer beneficiado, pues este hace una confrontación inmediata entre lo que está recibiendo en la Universidad y lo que demanda el sector productivo. “En el caso de los diseñadores industriales es a este sector al que se debe por naturaleza”, afirma.
En segundo, menciona a la Universidad, porque si esta desarrolla un ejercicio estructurado de práctica y evalúa, analiza y aplica lo que el sector productivo puede aportar, el trabajo docente va a ser cada vez más útil y eficaz.
En tercero, señala al país, porque si se tienen mejores profesionales, se van a tener mejores empresas. Sin duda, el nivel de desarrollo social va a ser más alto y problemas como la inequidad propia de país va a reducirse.
Y, por último, apunta a la empresa, porque, al considerar la estructura de pensamiento de los empresarios, si estos no encuentran utilidad en el aporte del estudiante, no lo vuelven a vincular. Por lo tanto, el estudiante debe tener una orientación clara hacia la atención de las necesidades del sector productivo.
“El profesional que está formando la UN sugiere uno comprometido con su país y su entorno socioeconómico. Sin embargo, aún es posible, vía práctica académica, aportarle elementos más específicos con respecto a lo que el sector productivo espera de él”, puntualiza.
(Por: Fin/fga/sup/fgd)N.° 37