Educación
¿Por qué celebramos dos veces el bicentenario de la Independencia?
Tanto el 20 de julio de 1810 como el 7 de agosto de 1819 marcaron dos momentos diferentes de un mismo proceso: la transición del país de una forma de vida monárquica hacia la consolidación de la independencia y el inicio de la vida republicana.
Bogotá D. C., 19 de febrero de 2019 — Agencia de Noticias UN-Entre el 20 de julio de 1810 y el 7 de agosto de 1819 ocurrió un proceso de transformación que permitió dejar atrás la monarquía. Fotos: Luis Alfonso Palacios – Unimedios


La profesora Luz Amparo Fajardo, decana de la Facultad de Ciencias Humanas, dio apertura al seminario.


Así lo asegura el profesor Francisco Ortega, del Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien detalla que el rango de transformación que se dio en esos nueve años que trascurren desde el grito de independencia en 1810 hasta la batalla de Boyacá en 1819 es enorme, lo que amerita que 200 años después se reflexione acerca de la importancia del proceso independentista en dos momentos.
“Después de todo está bien que tengamos dos momentos para reflexionar: uno, en el que pensamos sobre el significado de los eventos que ocurrieron, y otro en el que miramos qué dio paso finalmente, cuál fue esa experiencia republicana que terminó consolidándose y de la que somos herederos”, explica el docente.
En su concepto, este proceso empieza con una crisis y una forma de vida profundamente arraigada a la cotidianidad de las personas de la época: la monarquía. “Era una forma de vida muy normal, no era que hubiera un gran descontento, eso hay que tenerlo muy claro”, aseguró el docente en el seminario “200 años del Congreso de Angostura”, organizado por la Facultad de Ciencias Humanas como parte del programa de trabajo Bicentenario.
Esa crisis se desencadenó por una serie de incidentes relacionados, por un lado, con la geopolítica internacional –como la invasión de Napoleón a España en 1808–, a la que se sumarían las cada vez más visibles presiones y tensiones en la relación entre españoles y americanos.
“Nada que realmente anunciara las transformaciones de fondo que terminaron dándose, pero que en conjunto, tanto las presiones externas como las internas van dando paso, a lo largo de casi diez años, e incluso un poco más –hasta 1821–, a unas formas de concepción de la política, de los recursos con los cuales debemos fundamentar esa política y de lo que son las relaciones entre uno y otro habitante, vistos ahora ya no como vasallos, sino como ciudadanos”, explica el profesor Ortega.
Se trató de un proceso tan complejo, que era imposible que sucediera en un solo año. “Realmente lo que marcamos con la batalla de Boyacá es el cierre de un ciclo de transformaciones enormes que no empiezan ni siquiera el 20 de julio, sino en mayo de 1810, y que tienen que ver con cosas tan fundamentales como la soberanía popular y el hecho de que nuestras formas de comunidad política están basadas en la soberanía del pueblo”, manifiesta el docente.
Son eventos que nos llevan a elegir hoy, por medio de un ejercicio electoral, a los representantes que legislan a nuestro nombre y tratan de gobernar el país de manera adecuada. Eventos que también, según el profesor, son el momento en el que se inauguran muchas de las problemáticas que aún tienen vigencia.
Congreso de Angostura, fundamental
El tema central del seminario fue el Congreso de Angostura, un momento histórico sobre el que muchas veces no se profundiza en los libros de historia colombianos, quizá por haberse realizado en territorio venezolano, en la ciudad que entonces se conocía como Santo Tomás de la Nueva Guayana en la Angostura del Orinoco y que hoy es Ciudad Bolívar.
Para el profesor Ortega, se trata de un momento fundamental que articula la historia de las dos repúblicas: “los tres años de vida del Congreso de Angostura, sus comicios, deliberaciones, legislaciones e institucionalidad fueron decisivos en el proceso que desmontó la monarquía y consolidó las instituciones republicanas en el territorio grancolombiano”.
El proceso empieza en un momento en el que los ejércitos de la Independencia y las repúblicas se veían completamente exiliados y sin posibilidad de operar. Con el inicio de la recuperación de terrenos, tanto en Casanare como en Angostura, la zona se convierte en un eje de operación para la campaña independentista en el que, aun en medio de la lucha, el Congreso se establece el 15 de febrero de 1819, con la intención de darle una salida constitucional a la inestable situación política que se vivía en medio de las tensiones de la guerra independentista.
(Por: fin/ALP/MLA/LOF)N.° 883