Artes & Culturas
Pensamiento planetario para enfrentar la globalización
Esta corriente de pensamiento, con orígenes en la diversidad y el respeto a la diferencia, se opone a conceptos unificadores y homogeneizantes, a partir de modelos de producción y consumo industrial.
Bogotá D. C., 08 de mayo de 2018 — Agencia de Noticias UN-Las sociedades modernas se han concentrado en conseguir recursos para abastecer la producción industrial.


Desde la Primera Guerra Mundial existe la intención de repartir el planeta según intereses geopolíticos de alcance global.


“Nuestra principal preocupación debe ser el cuidado de la vida”, explica la profesora Ana Patricia Noguera.


La propuesta busca hacer frente al mayor reto civilizatorio y cultural de nuestro tiempo –el de cuidar la vida– propiciado por la permanente explotación, devastación y desaparición de entramados de vida tejidos por seres vivos e inertes, orgánicos e inorgánicos, incluyendo los humanos.
Estos tejidos densos garantizan la supervivencia de cualquier especie en el planeta, y de este como un todo complejo, sostiene dicha corriente filosófica, que surgió de la propuesta del Grupo de Pensamiento Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales.
El Grupo adelantó una investigación orientada a continuar con el trabajo desarrollado por el profesor titular Augusto Ángel Maya, quien en 1987 propuso crear un campo de interpretación e investigación de lo ambiental que llamó “Pensamiento ambiental latinoamericano”.
Su trabajo se condensa en el libro Pensamiento ambiental en la era planetaria. Biopoder, bioética y biodiversidad. Una interpretación de los desafíos simbólico-bióticos en la era global, editado por la U.N.
“La cultura moderna busca homogeneizar la diversidad de mundos en uno global, con lo cual no solo se pone en peligro la gran diversidad cultural –alrededor de 15.000 culturas distintas– sino que se conduce a una sola de forma de habitar un planeta que exige distintas maneras de habitarlo según su diversidad ecológica”. Así lo explica la profesora titular Ana Patricia Noguera Echeverri, del Departamento de Ciencias Humanas de la U.N. Sede Manizales.
Según la docente, la masiva producción de aparatos electrónicos, automóviles y bienes de consumo conducirá al planeta a grandes y profundas catástrofes, no solo humanas sino de la vida en toda su complejidad, y además a un acelerado desbalance y pérdida de resiliencia de los ecosistemas frente a las transformaciones climáticas.
En tal sentido, la profesora Noguera destaca que aunque los procesos de industrialización han contribuido a mejorar la calidad de vida de un pequeño grupo de personas, una gran cantidad de la población está sometida a condiciones infrahumanas.
Ejemplo de ello es el neoesclavismo producido por la explotación de la tierra, para brindar confort a ese pequeño grupo de humanos que se ha venido adueñando del planeta, también reducido a condiciones de esclavitud.
“Instituciones como la U.N. deben darle continuidad a programas de formación ambiental en clave compleja, crítica, epistémica, ética, estética y política en todos sus pregrados, posgrados, proyectos de investigación y extensión”, advierte la docente.
Giro ambiental
El Grupo de Pensamiento Ambiental propone un tipo de educación que forme a los estudiantes en el amor y el respeto por los entramados de la vida planetaria. Para ello urge un giro ambiental de la docencia, la investigación y la extensión, con el objetivo de comprender los problemas que se investigan y “sentir los lenguajes, los gritos y susurros de la tierra”, en estos tiempos.
Según explica la docente, a la U.N. le corresponde asumir de manera autónoma y en concordancia con nuestro ecosistema la construcción de maneras de habitar el planeta, que cuiden las estructuras y los tejidos de la vida, de los cuales somos solo un hilo.
“Si en los años ochenta y noventa la preocupación fundamental giró en torno al desarrollo tecnológico y científico, ahora se debe hacer énfasis en el cuidado del planeta”, subraya.
Educar a estudiantes y docentes de otra forma permitirá desarrollar un pensamiento ambiental crítico y construido desde una perspectiva sur, sostiene.
Ríos, montañas, agua, tierra, animales y plantas deberán dejar de ser vistos como recursos para ser explotados y proponer formas de producción agrícola, pesquera, minera y de conocimientos que guarden un respeto absoluto por los otros.
El lanzamiento de esta publicación de la Editorial U.N. se llevó a cabo en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Filbo 2018.
(Por: Fin/JCMG/MLA/LOF)N.° 554