Salud
Pacientes renales en alerta ante COVID-19
Al presentar alta probabilidad de contagio por COVID-19, las personas mayores de 65 años con enfermedad renal crónica (ERC) –quienes suelen ingresar a diálisis de forma urgente- necesitan especial cuidado y precaución en los traslados a los centros de salud.
Bogotá D. C., 22 de abril de 2020 — Agencia de Noticias UN-En el estudio se analizaron 1.108 pacientes, clasificados con los criterios de elegibilidad. Foto: Nathalia Angarita.


La investigación contó con el apoyo de una empresa del servicio de diálisis con presencia en siete ciudades del país. Foto: archivo Unimedios.


Los pacientes con ERC combinan una fragilidad intrínseca y una carga muy frecuente de comorbilidades. Foto: archivo Unimedios.


Desde el inicio de la pandemia se ha advertido sobre la vulnerabilidad del segmento demográfico de adultos mayores frente al virus y su patología. En este aspecto, la ERC se constituye en un problema de salud pública, pues su alta presencia en esta población enciende las alertas del sistema de salud.
El envejecimiento poblacional y el aumento de prevalencia de enfermedades crónicas en este grupo, entre estas la ERC, que en estadios avanzados requiere alguna de las terapias de reemplazo renal, llevó a la necesidad de caracterizar a la población mayor.
Las doctoras Natalia Abad y Katherine Marín, especialistas en Geriatría de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), realizaron un estudio tanto para describir sociodemográficamente clínicas y pacientes con ERC como para hacer un análisis de las condiciones de vida de las personas mayores de 65 años con la enfermedad, en siete ciudades de Colombia: Bogotá, Medellín, Cúcuta, Pereira, Armenia, Popayán y San Andrés.
“Los resultados abrieron un panorama de la edad en que los pacientes ingresan a diálisis, su etiología, calidad de vida y otros indicadores derivados del grupo elegido para el estudio”, afirman las investigadoras.
Y agregan que una de las principales conclusiones del estudio es que la mayoría de pacientes en etapa de diálisis o hemodiálisis están en el quinquenio de 70 a 74 años, son de sexo masculino y tienen gran probabilidad de sufrir caídas o de tener un índice de comorbilidad más grande que otro tipo de población, pues son adultos mayores que tienen una percepción disminuida de su calidad de vida –en escala Charlson- y de bienestar.
Así mismo, advierten que la mayoría de los pacientes inician diálisis de forma urgente, lo cual sugiere fallas en los programas de prevención, y que se ha evidenciado que la diálisis peritoneal permite a los pacientes conservar autonomía y mejor calidad de vida, ya que según lo reportado en la literatura, la supervivencia de esta población, cinco años después de la fecha de ingreso a la unidad renal, es de 62,57 %.
La magnitud de la situación ha llevado a que autoridades como el Ministerio de Salud y Protección Social recomienden no suspender el tratamiento con hemodiálisis o diálisis peritoneal y que ante la aparición de algún síntoma relacionado con el COVID-19 se comuniquen de inmediato con su unidad de diálisis y permanezcan dentro de la casa. Además, para las sesiones programadas para estos procedimientos se recomienda no utilizar transporte público.
La doctora Marín señala que tanto los pacientes con ERC como personas sin enfermedades crónicas pueden identificar los síntomas del cuadro de COVID-19. Según explica, el único síntoma que podría confundirse con el cuadro de la enfermedad es la disnea, ahogo o dificultad de respirar, ya que esta se puede presentar cuando el paciente no asiste a una sesión de diálisis, alguna falla en el proceso o cardíaca.
En esta coyuntura, las expertas reiteran que los pacientes de su estudio o con el mismo perfil son una población vulnerable con dos factores en contra: la edad y asociaciones de riesgo de alguna falla cardiovascular, como hipertensión, diabetes o enfermedad coronaria.
Para estas personas se mantienen las recomendaciones de higiene y lavado de manos, mascarillas y distanciamiento social. De igual modo, para los pacientes que acuden a las estaciones de diálisis es necesario verificar que las unidades cumplan las normativas apropiadas y seguir con la mayor precisión, al trasladarse y regresar a casa, los protocolos de desinfección.
Respecto a los cuidados en los hospitales, estos deben seguir los protocolos actuales y clasificar adecuadamente a los pacientes con sospecha de infección, separados de los que presenten o no enfermedad asociada a ERC.
Según la doctora Abad, el estudio permitió también identificar la necesidad de utilizar herramientas de medición de calidad de vida para generar estrategias de disminución de riesgos en esta población.
Y señala como fundamental realizar valoraciones geriátricas integrales, pues así se complementa la historia de cada paciente y se pone en la mesa factores a considerar de manera general o con cada uno de ellos.
(Por: fin/LMCJ/MLA/MG)N.° 354