Política & Sociedad
Orinoquia mantiene su esperanza de paz
A pesar de que la violencia no cesa completamente, en el territorio se mantiene el compromiso de quienes voluntariamente acogieron los lineamientos y las apuestas del Acuerdo de Paz.
Bogotá D. C., 17 de julio de 2020 — Agencia de Noticias UN-Los acuerdos de paz no son solo para los desmovilizados, los diferentes sectores de la sociedad deben formar parte.


El apoyo a los grandes potenciales de la región permite que se esquiven las vías ilegales de desarrollo.


Así lo enuncia Esteban Mosquera Castillo, asesor de Paz y Convivencia Departamental, en el conversatorio “Paz y derechos humanos. Experiencias en la frontera”, organizado por Red Paz y moderado por Camilo Borrero, profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá.
En conjunto, los consejos departamentales de paz en los que participan y se escuchan diversos sectores de la sociedad han logrado proyecciones que involucran a todas las partes en el desarrollo de la región, sin estigmatizar sus orígenes.
“En el actual periodo la apuesta es completa: seguir invirtiendo recursos para proyectos productivos, vivienda para reincorporados, educación y salud”, agrega el asesor Mosquera.
En el territorio amplio y diverso de la región, en el que se incluyen cuatro departamentos –Arauca, Casanare, Meta y Vichada– han ocurrido casos emblemáticos de violación de derechos humanos, en los que la Policía, el Ejército y las guerrillas han tenido que ver.
Al mismo tiempo, esto ha permitido el desarrollo de liderazgos de la población civil que tienen en cuenta enfoques diferenciales según los cambios que se dan en el territorio con el tiempo.
“Actualmente hay una modernización que atiende el reto de las nuevas tecnologías y herramientas para orientar y guiar a las comunidades, pues ya no se puede usar la voz y la presencia”, explica Nini Johana Cardozo, lideresa y coordinadora de la mesa departamental de víctimas de Arauca.
Agrega que “las nuevas condiciones también han llevado a replantear nuestros métodos y formas de liderazgos para defender el territorio y la permanencia de los procesos sociales”.
Acogida al proceso y los desmovilizados
En la región han estado presentes los distintos actores involucrados en el conflicto armado colombiano, por lo que los líderes de la región esperan que todos formen parte del cambio.
“No solo le apostamos al acuerdo de paz nacional, sino regional, con los desmovilizados y los que se desmovilizarán más adelante, para construir una región que ya no concibe la ilegalidad como una salida”, comenta el asesor Mosquera.
El compromiso de los habitantes de la región trasciende lo pactado en los acuerdos, de ahí que en diferentes locaciones se han llevado procesos propios de desarrollo y reconstrucción del tejido social.
“Los medios de comunicación suelen mostrar que los únicos beneficiados de los acuerdos somos los exguerrilleros, pero en el Acuerdo se incluyeron elementos para solucionar las problemáticas y las difíciles situaciones socioeconómicas que afectan a toda la población”, enuncia José Fernando Arias, exguerrillero de las FARC, quien se encuentra en proceso de reincorporación.
Por otro lado, explica que las acciones de figuras del Acuerdo como el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) o el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) no han sido efectivas en el país.
Eso, sumado al asesinato reciente de ocho reincorporados y un herido en el departamento muestran que la inseguridad es uno de los elementos que hacen que los reincorporados vean lejano el Acuerdo y su implementación.
Geografía codiciada
La Orinoquia tiene 285.437 km2, equivalentes al 18 % del territorio del país. Allí habitan 1.681.273 personas, lo que quiere decir que hay una gran riqueza de tierras en relación con sus habitantes.
Según el asesor Mosquera, la región es un depósito de materias primas que no se ha visto reflejado, pues la inversión y la presencia estatal no corresponde a la riqueza de este territorio.
Al respecto, el desmovilizado Arias comenta que “a pesar de que se habla de una sola Orinoquia, hay mucha riqueza extendida hacia Vichada, Guainía, Guaviare, donde hubo bastantes desplazamientos para arrebatarle la tierra a los campesinos”.
Agrega que “con los yacimientos de oro se prevé una nueva ola de violencia por el control del territorio, pues no hay una presencia del Estado ni justicia efectiva”.
En este sentido, además de presencia estatal, los invitados a este conversatorio abogan por medidas y políticas que le apunten a la integración de todos los sectores sociales y la educación de sus habitantes. “Un niño que entra a una escuela o un joven a la universidad son un instrumento menos para la guerra”, asegura el asesor Mosquera.
(Por: fin/LMCJ/MLA/LOF)N.° 703