Salud
Optimizan análisis de radiografías de rodilla
A partir de un estudio realizado con 202 radiografías de rodillas de niños, médicos que hacen diagnóstico del dolor de rodilla podrán contar con un patrón de normalidad y determinar desarrollos anormales que indiquen patologías.
Bogotá D. C., 31 de agosto de 2015 — Agencia de Noticias UN-El trabajo realizado por el doctor Enrique Vergara, en conjunto con Diego Dávalos y Luz Ángela Moreno, profesora de Radiología de la Facultad de Medicina de la U.N., surgió de la dificultad que existe al momento de analizar la radiografía de rodilla de un niño en crecimiento.
En consecuencia, este grupo de investigadores se dio a la tarea de encontrar las características radiológicas del desarrollo de una zona específica de la rodilla conocida como tuberosidad tibial anterior, la cual, según la literatura consultada, comienza a desarrollarse después de los nueve años.
La profesora Moreno explica que el niño tiene unas estructuras que se van desarrollando poco a poco y que en un momento dado no se identifican fácilmente.
Los niños pueden sufrir de dolor crónico o traumas como fracturas en sus rodillas, e incluso no están exentos de desarrollar una enfermedad llamada Osgood Schlatter. Dicha patología ocurre por estrés biomecánico en la zona donde se inserta el tendón rotuliano, pues al haber un núcleo que está en crecimiento y que no está fusionado al hueso, se pueden presentar a lesiones.
“Los estudios que encontramos se habían basado solo en pocos pacientes y en radiografías de autopsias de los años 70 y 80”, afirmó la profesora. Por lo tanto consideraron importante realizar un estudio con población normal.
Los investigadores estudiaron las radiografías de niños y niñas sin patologías de la rodilla. En este material analizaron la morfología y características radiológicas de esa zona de la tibia.
El estudio realizado en los pacientes, divididos por sexo y por grupos sectarios, de los 10 a los 17 años, confirmó que esta parte del cuerpo comienza a desarrollarse a los diez años y que ocurre primero en las niñas. Sin embargo la novedad que hallaron los investigadores fue un patrón de osificación de ese núcleo.
Para entender mejor esto, la profesora menciona que la tuberosidad tibial es una parte que al inicio es cartilaginosa y no se identifica en la radiografía. Esta parte comienza a parecer hueso en el niño, después de los nueve años.
En este sentido, “el núcleo crece hacia la epífisis (extremos de un hueso largo de la tibia) y se fusiona primero a esta antes que a la metáfisis (zona intermedia de los huesos largos)”, amplía la docente de la U.N.
Otro hallazgo del estudio es que, a diferencia de la literatura que afirmaba que ese núcleo podía ser múltiple, en ninguno de los pacientes analizados se encontró más de un núcleo.
Esta investigación fue merecedora del Premio Gonzalo Esguerra, reconocimiento a trabajos de investigación médica de tipo descriptivo otorgado en el pasado Congreso Colombiano de Radiología.
Versión en inglés en:
http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/ndetalle/article/knee-x-rays-analysis-optimized.html
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