Salud
Obesidad también aqueja a niños de poblaciones indígenas
A partir de un estudio realizado con comunidades indígenas de Puerto Gaitán (Meta), se identificó que los estados de malnutrición extremos, como desnutrición y obesidad, se comportan de manera similar en la primera infancia, con cifras de 2 y 1,5 % respectivamente.
Bogotá D. C., 26 de marzo de 2019 — Agencia de Noticias UN-En estas poblaciones la desnutrición (2 %) y la obesidad (1,5 %) se comportan de manera similar en la primera infancia. Fotos: Vibeth Porras, magíster en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la U.N.


Modificación en las fuentes de alimento, como el abandono de la caza, es uno de los factores que conforman los ambientes obesogénicos.


Estos son algunos de los resultados obtenidos por Vibeth Nashira Porras González, magíster en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien analizó los ambientes obesogénicos, o condiciones que propician la aparición de la obesidad y su relación con la seguridad alimentaria y nutricional de la población en primera infancia de comunidades indígenas de Puerto Gaitán.
En su estudio, estableció que los factores del entorno que conforman los ambientes obesogénicos y afectan el estado de salud de niños de la población indígena de este municipio son: calidad de la alimentación y composición dietaria; exposición a situaciones de inseguridad alimentaria; pobreza; brechas sociales; acceso a un servicio de salud limitado; cambios en la conformación familiar; transformación de la capacidad adquisitiva de una familia y de la oferta alimentaria; modificación en las fuentes de alimento; y modernización en el uso de medios de transporte motorizados.
Algunos de estos factores han sido introducidos por la migración del hombre blanco a esta zona, atraído por la explotación petrolera y los procesos de agroindustria. Según manifiesta la investigadora, los migrantes han instalado caseríos muy cerca de las comunidades indígenas, modificando la disponibilidad de alimentos con la instalación de tiendas que ponen a su disposición productos como arroz y pasta, que antes no consumían, o carnes, sin la necesidad de cazar.
Otro cambio se ha producido en la reducción del número de integrantes por familia. “De pronto los alimentos no son de la mejor calidad, porque entendemos que el contexto y el acceso económico no lo permite”, señala la magíster.
“La investigación fue de tipo cualitativo y cuantitativo, para lo cual se hicieron entrevistas semiestructuradas con la población. A partir del reporte que tuve el año pasado de tamizaje nutricional seleccioné unas familias que tenían específicamente niños con problemas de obesidad y las entrevisté”, explica la investigadora, quien como nutricionista ha trabajado durante los dos últimos años en la ejecución de programas de apoyo alimentario en estas comunidades.
“Dentro de las actividades que realizamos está el tamizaje nutricional –que es un seguimiento al peso y la talla– y la identificación del estado nutricional de los niños, y fue entonces cuando empecé a notar que los casos de sobrepeso y obesidad en las comunidades indígenas también iban en aumento”, señala la investigadora, situación que llamó su atención debido a que en estas poblaciones lo tradicional es encontrarse con casos de desnutrición.
Retraso en talla
El estudio ratificó que las condiciones estructurales de vida de las comunidades no son las mejores, lo que se refleja en el retraso en talla de sus niños, con cifras que muestran que cerca de 2 de 5 niños lo presentan, y una alta proporción tiene riesgo de hacerlo.
Sin embargo llama la atención que en la caracterización del estudio se comenzaron a identificar cifras de 6,6 % en exceso de peso, y un 21 % está en riesgo de sobrepeso. Estas cifras llevaron a la investigadora Porras a indagar sobre las condiciones del entorno y del medio consideradas de riesgo para el favorecer el aumento de peso en las comunidades indígenas.
La investigadora también aclara que se debe tener en cuenta que estos menores, a pesar de presentar efectivamente obesidad, han heredado características físicas provocadas por una desnutrición crónica severa, transmitidas de generación en generación.
“En estas poblaciones hay niños de talla pequeña, debido a esa deficiencia de nutrientes; son los que presentan una deficiencia en estatura, y por ende van a requerir un peso menor para cumplir con el indicador establecido en la resolución colombiana”, explica la investigadora, y agrega que pese a esta situación no se puede desconocer que son niños que se están pasando de los kilos que necesitan.
(Por: fin/ALP/MLA/LOF)N.° 50