Educación
Nueva ortografía no es de obligatorio cumplimiento
A propósito de la aprobación de la nueva ortografía española, un docente de la UN en Medellín opina que, aunque es una labor loable, para el ciudadano de a pie es de poca importancia.
Medellín, 02 de diciembre de 2010 — Agencia de Noticias UN -Recientemente, las 22 Academias de la Lengua Española aprobaron en Guadalajara (México), el texto definitivo de la nueva edición de la ortografía que, aunque no es de obligatorio cumplimiento, sí tiene una serie de normas. Entre ellas, que la "y" se llame "ye" y no "i griega"; asimismo, ya no será ni b larga ni mucho menos v pequeña, ahora es “be” y “uve”.
Además, las letras CH y LL se anulan del abecedario, desaparecen también el acento o las tildes en el adverbio "solo" para expresar "solamente", y de los pronombres demostrativos "este", "ese" y "aquel".
“En los colegios, las universidades, las instituciones educativas en general, y a veces en el grupo familiar, cuando tienen ciertas características, esas normas se publicitan, se difunden, se tienen en cuenta, pero en un 90%, y creo que soy muy conservador, el uso que los hablantes hacemos de una lengua esta por fuera de esas normas, obedece a otras dinámicas”, explicó el docente Raúl Alberto Botero Torres, lingüista y docente del Departamento de Ciencia Política de la Facultad Ciencias Humanas y Económicas.
El profesor calificó a dichos pronunciamientos como de carácter prescriptivo y normativo.
“Las academias siempre están moviéndose alrededor de una especie de deber ser de la lengua: la realidad empírica, los usos reales y efectivos, pero más que hacer ese ejercicio, a ellos lo que más les interesa es señalar cuál debe ser, a su juicio, el uso correcto”.
Pero, como dice la frase, “del dicho al hecho hay mucho trecho”, y para Botero Torres “en la mayoría de los casos los hablantes hacemos caso omiso, entre otras cosas, porque mucha gente sencillamente desconoce la norma y lo que hace es comunicarse de la manera más efectiva posible, independiente si eso está o no de acuerdo con la norma”.
En otras palabras, para el docente esta nueva gramática de la lengua española, como cualquier otra, es un catálogo de buenas intenciones, de propósitos de usos adecuados y normativos. “Lo que pase con el uso efectivo es una cuestión que se les escapa a las academias”, dijo.
Recalcó que por razones económicas, políticas, y hasta religiosas, las lenguas cambian y es algo inevitable, independientemente de que estos cambios gusten o sean comprensibles.
(Por: Fin/dac/feb/lrc)N.° 459