Ciudad & Territorio
Mujeres deben participar en ordenamiento de Sumapaz
“En algunas de las figuras de ordenamiento hegemónicas –desde el Estado–, sobre todo de las ciudades, no se han sabido plasmar las visiones diferenciales de mujeres y hombres, pues estas se dirigen hacia el campesino como idea en general, pero no hay una particularidad de cómo el territorio es habitado por las mujeres”.
Bogotá D. C., 12 de marzo de 2021 — Agencia de Noticias UN-Así lo advierte la psicóloga María Camila Romero, investigadora de la Maestría en Ordenamiento Urbano - Regional de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien se enfocó en el páramo de Sumapaz para revisar la visión histórico-política del campesinado y cómo confluyen para la construcción del ordenamiento territorial.
Tanto en este como en otros territorios rurales, la experta considera que es urgente que la mujer campesina se vuelva una protagonista en la manera como se ordenan los territorios.
En ese sentido, su trabajo se enfocó en el ordenamiento en torno al agua y encontró ideas en las mujeres campesinas del páramo como que “el agua es vida”, y “la mujer da vida”, y que su identidad está muy ligada al concepto de agua y cómo esta conecta territorios.
La investigadora Romero encontró que el límite político entre la localidad de Sumapaz, en Bogotá, y algunas veredas de Cabrera (Cundinamarca), es el río, pero para las comunidades este conecta, pues existen vínculos históricos y familiares.
“Había trabajado en la Secretaría de la Mujer de Bogotá en la parcela de igualdad de oportunidades, desde ahí me interesé por la participación y representación de las mujeres campesinas, cómo participaban en el ordenamiento territorial y una identidad más allá de lo que se conoce como trabajador agrario”, explica la psicóloga Romero.
Ordenamiento hegemónico
El ordenamiento territorial se entiende como el uso, la ocupación y transformación del territorio. Desde lo hegemónico es el Estado quien, aunque contempla una participación ciudadana, al final determina cómo se ordena y genera los cambios.
Lo contrahegemónico funciona desde el reconocimiento que se le da a las comunidades y el ordenamiento que hacen. “Algunos autores hablan de integración solidaria para ver el territorio desde lo simbólico y otras construcciones comunitarias”, explica la investigadora.
Para conocer la visión que persiste a la hora de trazar los POT, el proyecto incluyó entrevistas, historias de vida, cuestionarios y una cartografía social en las que las mujeres campesinas plasmaran su territorio, los elementos que lo construían y cómo se veían representadas.
El estudio encontró que otros autores han revisado el contexto de la propiedad de la tierra en Colombia con enfoque de género, y las mujeres no se visibilizaban, porque la idea que persiste es que, si bien ellas participan, su papel no se ve de forma efectiva en la toma de decisiones.
Otro hallazgo es que en los planes de desarrollo de reservas campesinas se empieza a ver que las mujeres necesitan otras oportunidades para lograr la equidad de género, como acceso a la tierra, espacios de concertación, de participación y que se conjugue su visión femenina e identidad campesina.
“No se puede decir que el campesino tiene esa condición general en cualquier parte de Colombia, es una construcción asociada con su territorio, alrededor del cual se construye su identidad”, subraya la investigadora.
“No es lo mismo el campesino de Sumapaz que el de Urabá, son construcciones distintas y reducirlo a ser trabajador agrario es meterlo en una lógica hegemónica y no es así”, plantea. En ese sentido, señala que alrededor de cada familia campesina se construye un modo de vida, un modo de ser con la tierra y la construcción social, cultural y política depende de dónde se habita.
Delimitación del páramo
Una de las conclusiones de la investigadora Romero es que la delimitación no puede estar solo en lo biológico, ecosistémico, sino que tiene que ir más allá y unir a poblaciones que estén alrededor del páramo, que es una región vinculante. “Se debe hacer con un proceso participativo comunitario en donde se reflejen las visiones de los habitantes, y es muy importante esa participación efectiva, no solo como un requisito para la delimitación”, agrega.
Por último, hace énfasis en que para una participación efectiva en los planes y proyectos de ordenamiento se deben inscribir las visiones de lo simbólico, lo expresivo, del mismo territorio y de lo que las comunidades han construido sobre qué es su ser campesino.
(Por: fin/AMV/MLA/LOF)N.° 648