Salud
Mucho cuidado a la displasia de cadera en recién nacidos
La displasia de cadera es una afección que aparece en aproximadamente tres de cada mil recién nacidos y afecta con más frecuencia a las niñas, con 8 de cada 10 casos.
Bogotá D. C., 29 de junio de 2011 — Agencia de Noticias UN-Según la fisioterapeuta de la Universidad Nacional Karen Ramos, la displasia es un desarrollo anormal de la articulación que hay entre el hueso del muslo (fémur) y la pelvis, y tiene mayor incidencia en la cadera izquierda.
Con el tiempo puede ocasionar retraso en la edad en la que el niño empieza a caminar, cojera o “marcha de pato” y, además, si no se tiene especial cuidado, no suele provocar dolor hasta después de los cinco años, lo que la hace imperceptible ante un inexperto.
“La cabeza del fémur es una esfera que va encajada en la cavidad de la pelvis de manera perfecta, y cuando hay displasia tiene un movimiento anormal, lo cual hace que golpee el techo que la cubre y poco a poco lo vaya deformando”, explicó Ramos.
Hay que tener en cuenta que se puede producir antes del nacimiento, durante el parto o incluso poco después. “Los síntomas son variables, pues depende del momento en el que se produce, del grado de desplazamiento del fémur fuera de la cadera y de la edad del menor”, indicó la fisioterapeuta.
Cómo darse cuenta de esta afección
Desde el nacimiento hasta que el niño comienza a andar no suele producir síntomas, por ello es importante la exploración pediátrica.
“Durante el chequeo mensual que realiza el pediatra en el primer año de vida del niño, una de las pruebas físicas consiste en revisar la apertura de la cadera. Si está limitada y no abre por completo, es una primera señal de displasia”, afirmó Ramos.
Aunque a veces son evidentes los pliegues de los glúteos asimétricos o incluso observar una rodilla más baja que la otra, denominada signo de Galleazzi positivo, es el especialista quien dará el diagnóstico a través de dos técnicas: el Signo de Barlow y la Maniobra de Reducción de Ortolani, que consisten en examinar al bebé relajado y acostado boca arriba, buscando la luxación o recolocación de la cabeza del fémur.
El examen físico como diagnóstico preciso no es 100% confiable. Por esta razón, en caso de indicio, es necesario confirmar con ecografía de las caderas (útil desde el nacimiento hasta los 3 a 4 meses de edad) y con una radiografía de caderas a partir de los 4 meses, con el fin de observar con detalle la articulación.
Hay que tener en cuenta que entre mas rápido se haga el diagnóstico, mejor será el resultado, “pues se puede comenzar el tratamiento, el cual busca recolocar el fémur correctamente en la cadera y mantenerlo así, evitando tratamientos mayores a futuro”, señaló la fisioterapeuta.
En la actualidad existen aparatos que permiten corregir la anomalía como el Arnés de Pavlik (un sistema de correas para niños menores de 6 meses) y la Férula de Milgram (especie de asiento de pasta que se utiliza después de los 6 meses, y máximo hasta los 18).
Al comienzo, el niño debe utilizar el aparato las 24 horas del día y luego se retira de manera gradual hasta dejarlo en las noches. Su uso, en promedio, dura entre 6 y 12 meses.
(Por: Fin/jrb/feb/vbr)N.° 350