Salud
Modelos de salud tradicional se abren paso en el Pacífico colombiano
Aliviar el dolor con plantas medicinales o utilizar la arena para hacer masajes son prácticas tradicionales utilizadas por los habitantes del Pacífico, que ahora también forman parte de modelos de salud tradicional implementados desde la academia.
Bogotá D. C., 07 de octubre de 2014 — Agencia de Noticias UN-El grupo de investigación Cuidado Cultural de la Salud de la Universidad Nacional, por ejemplo, lleva siete años en Guapi (Cauca) desarrollando un estudio etnográfico acerca de las prácticas populares que tiene la población y que son aplicadas a personas en condición de discapacidad.
De esta manera, han encontrado que la arena produce mucho calor, lo que la hace ideal para realizar masajes o que la música tiene un valor importante en la recuperación de los enfermos.
Vilma Velásquez, profesora de la Facultad de Enfermería de la U.N., explicó durante su intervención en la sexta sesión de la Cátedra Manuel Ancízar, dedicada este año al “Pasado, presente y futuro del Pacífico colombiano”, que las poblaciones de esta región consideran que al estar en discapacidad la sangre está dormida. Para despertarla realizan una especie de serenata para el cuerpo.
“Incluye una serie de ejercicios que se realizan teniendo en cuenta la historia personal del afectado. Por ejemplo, si fueron pescadores o agricultores se les motiva para que las actividades físicas vayan unidas a la música, y esto nos ha dado unos resultados muy importantes”, comenta la experta.
Con estos resultados positivos, el grupo se ha trasladado ahora a Tumaco, donde también está trabajando con los cuidadores de las personas en situación de discapacidad.
Además, al mismo tiempo, trabajan en el proyecto Centro de Desarrollo Humano en el que las lideresas, a través de investigación y acción participativa, apuestan por desarrollar planes productivos que generen trabajo en la zona, la cual afronta una de las problemáticas más graves de pobreza en el país.
La propuesta incluye el manejo de máquinas de coser, así se produce vestidos para los niños, cultivo de plantas medicinales, cría de pollos y fabricación de juguetes artesanales.
En la sexta sesión de la Cátedra Manuel Ancízar, titulada “Cuidado cultural, salud, seguridad alimentaria y proceso de etnoeducación”, también participó Ángel Migdonio Palacios Montaño, líder comunitario de Tumaco quien hizo una radiografía de la situación social del Pacífico, centrándose particularmente en la educación.
“Algunos estudios demuestran que en Buenaventura, Quibdó, Guapi, y Tumaco el 90 % de los jóvenes delincuentes proviene de las zonas rurales, es decir, son personas que vienen en busca de trabajo, de estudio, pero que el Estado no le abre las puertas”, afirmó.
Dijo, además, que dichos problemas guardan una relación estrecha con el tipo de educación que se imparte en la región. Se demuestra que el Pacífico tiene la peor educación en Colombia y los índices más altos de analfabetismo. “Esto implica que si hay analfabetismo en el adulto, éste no puede acompañar a los niños en su proceso educativo, por lo que la calidad de la educación se deteriora”.
La presencia real y efectiva de la universidad pública en la región es escasa, de acuerdo con la estadística que entrega Palacios, de 2.800 estudiantes al año que se convierten en bachilleres solo el 4 % de esa población logra ingresar a las universidades. El resto tiene un camino incierto y por esto merecen una mayor atención del Estado.
Por su parte Edison Pastor Cuero, quien se autodenomina como etnoeducador del Pacífico, comentó que las manifestaciones culturales en el pueblo negro no han podido sobrevivir socialmente. Ahora, esas manifestaciones se ven muy amenazadas por la violencia generalizada y por la globalización de la economía.
“Por ejemplo, nuestras honras fúnebres, caracterizadas por el levantamiento de la tumba al finalizar la novena, ya no se pueden desarrollar como se hacía antes, porque en muchos de los casos ya el cuerpo no se encuentra, ha desaparecido”, manifestó Cuero.
Según el etnoeducador, el abordaje de patrones culturales extranjeros se ha modificado, porque no hay una orientación que permita un diálogo franco y horizontal entre los saberes ancestrales y los saberes generales.
“En ese espacio la academia juega un papel muy importante para poder realizar ese diálogo con el otro y así sostener nuestros patrones culturales intactos”, concluyó.
La sesión se celebró en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional.
(Por: Fin/hesp/dmh/nh)N.° 924