Salud
Medios e instituciones tienen el reto de combatir la “infodemia”
El exceso de información –en algunos casos correcta, en otros no– o “infodemia” se podría contrarrestar con alfabetización de medios de comunicación; exploración de nuevos formatos narrativos, canales y redes; y promoción de la salud, la ciencia y bienestar.
Bogotá D. C., 19 de febrero de 2021 — Agencia de Noticias UN-En Colombia, una persona invierte al 15 % de su tiempo en redes sociales, es decir cerca de 2 horas y media. Fotos: archivo Unimedios.


Fernanda Hernández, especialista en Epidemiología, editora de la sección Salud en Caracol Televisión.


Participantes del I Foro UNAL de Infodemia en Colombia, organizado por la Facultad de Medicina de la UNAL.


Desde diferentes organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha afirmado que la “epidemia” de desinformación ha afectado enormemente el manejo y control de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19.
Según el Covid-19 Observatorio Infodemics, de la Fundación Bruno Kessler, que utiliza técnicas de aprendizaje automático para cuantificar indicadores como la fiabilidad de las noticias, tras analizar en Twitter 519 millones de publicaciones relacionadas con el nuevo coronavirus (entre el 21 de enero y octubre de 2020), se encontró que el 71 % se clasificaron como “noticias fiables”. Sin embargo, al observar lo sucedido en América Latina, este porcentaje se redujo al 59 %.
Los expertos participantes del I Foro UNAL de Infodemia en Colombia, organizado por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) coincidieron en señalar que para contrarrestar los efectos de este fenómeno es necesaria una articulación entre instituciones públicas y privadas, entre ellos la academia.
Es importante mencionaron que en ese cruce esté la academia, y que sus estudios e investigadores tengan acceso tanto a los medios de comunicación tradicionales como a las redes sociales, pero también a los medios y espacios regionales y locales donde la información científica no llega con facilidad, ni las estrategias de control, prevención oficiales.
La doctora Fernanda Hernández, especialista en Epidemiología, editora de la sección Salud en Caracol Televisión, afirmó: “nos tuvo que estallar la bomba en las manos para reconocer que el buen manejo de la comunicación, como intérprete de dos mundos –la ciencia y la sociedad– es la estrategia no farmacológica más importante de todas”.
“Basados en la información que diariamente les llega por los distintos medios, redes y canales, las personas pueden tomar decisiones sobre su salud. Sin embargo, el 24 % del contenido de información que circula es falsa y puede causar daño físico inminente, por eso hablamos de una amenaza global, de la otra epidemia”, dijo la experta.
Atención a la población juvenil
Según una investigación de la Universidad de Stanford, el 96 % de los estudiantes de colegio no busca la fuente que está detrás de la información. Así mismo, dos de cada cuatro estudiantes de secundaria no pueden diferenciar entre un anuncio nativo y un artículo periodístico, lo que influye en la manera como estos jóvenes evalúan la información.
Para Andrés Sáenz, profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, gerente de programas de la organización CIVIX Colombia, una de las formas de romper la cadena de desinformación en niños, jóvenes y adultos es trabajar en la prevención desde la alfabetización digital y la lectura lateral, es decir, buscando información sobre la fuente, verificando la información y rastreando su contexto.
Destacó además que “es necesario fortalecer estrategias en la población adulta, pues es más probable que un joven que ha crecido en la era digital utilice herramientas que lo lleven a comprender cuándo una información es errónea o confiable”.
Compromiso desde la UNAL
Según el profesor Fernando Galván, vicedecano de la Facultad de Medicina de la UNAL, “este año esa afectación se ha visto mayormente reflejada en la adherencia o disposición de las personas, primero a seguir las medidas de bioseguridad, y ahora a formar parte del proceso de vacunación, algo que puede tener grandes implicaciones en distintos campos de la sociedad, como la salud pública y la economía”.
Desde la UNAL, las facultades, los grupos de investigación, los expertos y sus medios de comunicación realizan un arduo trabajo por formar audiencias en torno a los diferentes aspectos de la epidemia por COVID-19 con el objetivo de “que los ciudadanos tomen decisiones informadas, basadas en evidencia científica e información veraz”, señala.
Otra estrategia será a partir de ahora el Observatorio de Comunicación en Salud, el cual se presentó durante el Foro. Entre sus tareas estará revisar cómo se está produciendo y circulando la información en temas de salud en el país, realizar un análisis crítico del comportamiento de la información en diferentes plataformas digitales a identificar aquellos factores de riesgo que puedan afectar la salud pública.
Con el Observatorio también se espera contribuir a la información en salud, fomentar la formación en comunicación de estudiantes del área de la salud y fortalecer los procesos de alfabetización en salud de la población en general.
(Por: fin/SMC/DMH/LOF)N.° 545