Ciencia & Tecnología
Luz de las estrellas: ilusión óptica del lente gravitacional
Miramos al cielo y tratamos de contar las estrellas, pero lo que vemos es una simple ilusión óptica. El fenómeno se explica por lo que físicos y astrónomos llaman el lente gravitacional.
Bogotá D. C., 07 de abril de 2010 — Agencia de Noticias UN–El físico de la Universidad Nacional de Colombia Leonardo Castañeda explica que hasta hace muy poco tiempo se pensaba que la luz emitida por las galaxias y las estrellas llegaba de forma directa a nuestros ojos, pero resulta que no.
La luz, que es energía electromagnética radiante, también se curva cuando se topa con las grandes masas gravitacionales de energía que hay en el inconmensurable espacio, masas que son invisibles a la percepción humana. Es como si una persona colocara una imaginaria ‘manzana transparente’ en la mitad de un chorro de luz de una lámpara. La masa de la fruta, aunque ‘transparente’, interrumpe el flujo de luz, la cual se dispersa hacia otro lugar.
Algo similar ocurre en el espacio. Cuando miramos a las estrellas titilantes en el firmamento, lo que observamos es una luz que no viene directa del objeto que la emite. Castañeda, quien fue el invitado especial al III Coloquio de Física de este año, explica que el lente gravitacional no es otra cosa que la desviación de los rayos de luz. Suena sencillo, pero los cálculos físicos y matemáticos que hay detrás de este fenómeno celeste son tan complejos que todavía hay mucho por descubrir en esta área de la astrofísica.
“Gracias a las relaciones entre la cosmología moderna y las nuevas técnicas de la astronomía hemos podido detectar un nuevo tipo de materia constituyente del espacio, algo que siempre ha estado allí, pero que todavía no sabemos con exactitud qué es. A eso le llamamos la materia oscura, que es la aparente responsable de la curvatura de la luz”, detalla el astrofísico.
El experto, que adelantó sus estudios de doctorado en Astronomía en el Argelander Institut fur Astronomie, en Bonn (Alemania), añade que este fenómeno fue predicho por Albert Einstein hacia 1916, pero pocos físicos se detuvieron a estudiarlo hasta finales del siglo XX e inicios del siglo XXI. El advenimiento de los grandes telescopios fue lo que permitió observar ‘in vivo’ esta particularidad astronómica.
Cuando se hicieron las primeras observaciones se veía que de ciertos puntos celestes se desprendían dos halos de luz, muy cercanos. Se pensaba que eran de fuentes distintas, pero al mirar la composición química y de los átomos mismos, se determinó que eran de idéntica composición, se pensaba entonces que eran gemelas. Luego, los expertos se dieron cuenta de que no eran dos fuentes de luz sino una sola, que había sido diseccionada por algo invisible en el espacio ¿la materia oscura?, muy posiblemente. Era el efecto del lente gravitacional.
Pero ¿Qué se supone que es la materia oscura? Leonardo Castañeda lo explica: “Hay muchos modelos de física de partículas y de altas energías que tratan de explicarla; precisamente esa es una de las tareas del Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés) que se ubica en Europa, el buscar esas evidencias”.
Continúa: “Hay candidatos muy fuertes que podrían componer esa materia, uno de ellos es el neutralino, partícula muy pesada, que no se mueve relativistamente en el universo. Otras partículas en la naturaleza generan luz cuando, por ejemplo, un electrón y un positrón se aniquilan y en ese proceso desprenden energía que puede ser vista. En la materia oscura nada de eso ocurre”.
Los Coloquios de Física buscan inquietar, aún más, a los jóvenes físicos y astrónomos del país, para que hagan nuevas conexiones entre teorías, reflexionen sobre la naturaleza del universo y se atrevan, por qué no, a lanzar nuevas hipótesis sobre cómo se comporta el complejo y desconcertante espacio exterior.
(Por: Fin/capg/csm)N.° 78