Salud
Los retos de la humanización en salud durante la pandemia
El estrés prolongado y los cambios de los hospitales han hecho que los programas de humanización de las unidades de cuidados intensivos (UCI) deban reconfigurarse. Solo en el Hospital Universitario Nacional (HUN) se han atendido cerca de 600 pacientes confirmados y sospechosos por COVID-19.
Bogotá D. C., 17 de diciembre de 2020 — Agencia de Noticias UN-En el HUN, cuando bajó el pico de contagios las camas UCI exclusivas para COVID pasaron de 47 a 32. Fotos Brandon Pinto - Unimedios.


El profesor Jairo Pérez señala que la comunicación constante entre pacientes, familiares y personal alivia el estrés de la UCI.


El cansancio y estrés constante por la pandemia no se limita a más camas de cuidados intensivos, sino a la compleja situación de incertidumbre entre los profesionales de la salud.


El profesor Jairo Pérez, director del Departamento de Cuidado Crítico del HUN, y vinculado al grupo de Humanización en Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), destaca que “el cansancio y las nuevas condiciones durante la pandemia han profundizado la necesidad de repensar la humanización en las UCI. El cansancio no es porque antes se manejaban 12 camas UCI y ahora 30, sino por la complejidad de una enfermedad que hasta ahora se está conociendo, cada día podemos tener nuevos síntomas y órganos afectados”.
La afectación en el personal se profundiza por la cantidad de muertes. “A pesar de contar con la experiencia, la tecnología y el talento humano, es difícil entender que una persona en UCI que parecía estar por superar la enfermedad, se complique y fallezca”, agrega el profesor Pérez.
Antes de la pandemia la UCI del HUN contaba con 22 camas; cuando empezó la emergencia se aumentaron a 60, con más ventiladores mecánicos. En el pico de contagios –entre julio y agosto– el HUN destinó 47 camas a pacientes COVID-19 y las demás para cirugías oncológicas o cardiacas.
Camino a la humanización
“La llegada de la pandemia nos ha golpeado y hecho replantear el proceso de humanización, ya que su base son las personas, y por el distanciamiento, el aislamiento y el horario de visita a pacientes COVID-19 ha cambiado el proceso que llevábamos y se ha ahondado en el cansancio del personal médico y de salud”, explica el académico.
Agrega que “tener una ‘UCI de puertas abiertas’ ayuda a prevenir el burnout laboral, el cual se caracteriza por un estado de agotamiento emocional constante. Por ejemplo, compartir con las familias la evolución del paciente les quita una carga a los profesionales de la salud, pero resumir esta comunicación a llamadas telefónicas es desgastante para quienes trabajan en las UCI.
“Si cuando llamamos nadie contesta, ese día la familia se queda sin información. La pandemia nos la puso difícil porque no es lo mismo verse a los ojos, permitir que las personas nos pregunten y manifiesten sus necesidades. Eso es invaluable”, comenta el profesor Pérez.
Humanización prepandemia
Antes de la pandemia el HUN aplicaba una estrategia mediante la cual se manejaba el dolor del paciente con una sedación baja para que pudiera interactuar constantemente con su familia o con el equipo tratante.
Otro punto fue fortalecer el derecho de las familias a tener información diaria de los pacientes; antes se comunicaba a una sola persona por paciente, pero esto se amplió al núcleo familiar, ya que cada miembro tiene inquietudes distintas, incluso rasgos culturales o étnicos que merecen un tratamiento diferencial.
Estas iniciativas empezaron en la Facultad de Medicina de la UNAL Sede Bogotá cuando se entendió que el HUN era en sí mismo un laboratorio y se planeó probar el enfoque de humanización en las UCI; allí se dieron cuenta de que los pacientes y familiares daban la pauta de los aspectos a mejorar, como los horarios de visita, la información y el acompañamiento emocional cuando las personas están por morir.
Después de explorar esta estrategia se creó el grupo de humanización del HUN –como pilar diferencial del hospital– se abrió paso a la política de humanización, al programa y a su implementación.
El doctor Pérez recalca que gracias a que la UNAL cuenta con diversas áreas de las ciencias humanas y con un amplio bagaje académico desde las humanidades, se planteó construir propuestas desde las críticas comunes al sistema de salud. “Podíamos seguir criticando o cambiar. El papel de la Universidad en la formación de talento humano en salud es importante, y también lo es ‘cambiarles el chip’ a los estudiantes; la pandemia nos ha mostrado la importancia de humanizar la salud y de asumir los retos para tener un sistema integral de calidad para los pacientes y el personal de los hospitales”.
Por último, el profesor Pérez destacó que aunque el HUN está preparado, lo ideal es que no se deba requerir más camas UCI, y que esta es una preocupación latente que depende de la manera como las personas asuman su responsabilidad en la pandemia.
(Por: fin/AMV/LMZ/LOF)N.° 384