Ciencia & Tecnología
Los huesos no mienten
Un médico forense investigador de la Universidad Nacional de Colombia explica por qué los resultados de las pruebas realizadas por Medicina Legal en la identificación de cadáveres son 99,999% seguras.
Bogotá D. C., 08 de abril de 2010 — Agencia de Noticias UN-El doloroso caso de la entrega de los restos del Coronel Julián Ernesto Guevara hace unos días, tras morir secuestrado hace cuatro años, deja el tema sobre la mesa, pues para el colombiano del común surgen preguntas acerca de qué tan confiables resultan los restos mortales entregados, luego de permanecer tanto tiempo en la selva, en condiciones sumamente agrestes, sumado esto a que los resultados se entregaron rápidamente (apenas 48 horas luego de que arribaran a Bogotá).
Néstor Garzón, docente de la Unidad de Medicina Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, empieza por aclarar que en el transcurso de la identificación de un cadáver existen varios procedimientos a los que pueden someterse los restos para obtener resultados.
El primero de ellos es dactiloscopia, que no se utilizó en este caso, porque solo puede realizarse cuando se tienen tejidos blandos. También se pueden identificar restos por hallazgos odontológicos, antropológicos y por análisis de ADN. “Cuando se cuenta únicamente con restos óseos, como en este caso, lo que se busca es hacer un estudio antropológico previo para ahí sí considerar que es útil y viable continuar con un estudio de DNA”, afirma.
A pesar de que el cadáver no esté completo, el procedimiento continúa denominándose como una autopsia médico legal. En el estudio antropológico se caracteriza un rango de edad determinado, el sexo de los restos, un rango de estatura y a qué tipo racial pertenece (caucásico, asiático, mestizo). “Ya con este primer análisis se sabe si se están evaluando los restos óseos de una persona con las características de aquel que se busca, en este caso, que sea hombre, con una edad promedio a la del coronel, su estatura y su raza, una vez se confirma que todo esto concuerda, procedemos a mirar su ADN”, expresa el investigador.
Para hacer pruebas de ADN tiene que contarse con un patrón comparativo de tipo familiar consanguíneo para el análisis, pues esta es una prueba netamente de comparación. “Si uno encuentra restos óseos pero no se sabe a qué familia pueda pertenecer no se hacen pruebas de ADN, uno debe tener con qué comparar para buscar la afinidad en el perfil genético”, afirma.
El estudio de DNA es perfectamente confiable porque cada uno de los huesos de una persona está constituido por células y ahí está el material genético necesario para compararlo con el de la madre, en este caso específico.
El margen de error de este procedimiento es casi nulo, más bien se deja un margen simbólico de probabilidad del 0,0001%, con lo que se quiere dejar abierta la bajísima probabilidad de que en el mundo se encuentre alguien con un perfil genético igual al de él.
Concluye que el tiempo empleado por las autoridades forenses para evaluar los restos fue más que suficiente. “El proceso consiste en pulverizar una parte de hueso y con las técnicas necesarias replicar el DNA para luego proceder a compararlo con el del familiar, este proceso es perfectamente realizable en pocos días”, confirma.
(Por: Fin/pbs/csm)N.° 87