Educación
Ley que le dio vida jurídica a la U.N. fue expedida un 7 de diciembre
El 7 de diciembre de 1935 –hace 83 años– fue sancionada la Ley 68, que refundó la universidad pública más importante del país y que condensó la “Revolución en Marcha" de Alfonso López Pumarejo.
Bogotá D. C., 07 de diciembre de 2018 — Agencia de Noticias UN-“La educación se consagró como la base de un proyecto de nación moderna y el campus de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) jalonó el desarrollo urbano de Bogotá”, destaca el profesor Fernando Viviescas, arquitecto y urbanista del Instituto de Estudios Urbanos (IEU), quien considera que la Ley 68 de 1935 le dio sentido a la Universidad dentro del proyecto de modernidad, y en esa perspectiva produjo un rompimiento ideológico, político y cultural para la historia del país.
“No se trató de la creación de la universidad del Estado: significó crear una jerarquización en el país; que como sociedad se reconocieran la producción y la difusión del conocimiento, las condiciones para que se diera un pensamiento crítico y la apertura de la concepción de la cultura, el arte, el diseño y la música”, dijo el académico.
El objetivo de Alfonso López Pumarejo era construir la idea de universidad nacional que le diera cabida a todos y cada uno de los ciudadanos que quisieran convertirse en profesionales, es decir que planteó la inclusión ciudadana, la mujer en la educación, la creación de presupuesto e impuestos para la educación, la libertad de cátedra y la tecnocracia. “Puso el sector de la educación primero en la configuración del presupuesto, para sustentar el desarrollo de una sociedad moderna”, resaltó el profesor Viviescas.
Entonces la Universidad se convierte en el centro del pensamiento, la ciencia, la tecnología y la innovación, ya que el presidente López Pumarejo consideraba que hacia el futuro cualquier sociedad tenía que estar necesariamente referenciada tanto al desarrollo de la imaginación, la sensibilidad, la creatividad y la sistematicidad, como a los procesos productivos materiales y espirituales de la nación.
“Esto marca un rompimiento trascendental de la idea que se tenía de una educación confesional, reaccionaria y oscurantista que estaba dominando el país hasta ese momento. Dicha Ley marca la refundación de la U.N. pero en un marco en el cual la educación se da como elemento de construcción de la sociedad moderna, democrática e inclusiva”, señaló el arquitecto.
Otras leyes planteadas por López Pumarejo en el proyecto de modernizar la nación fueron la constitucional, la agraria, la tributaria, la judicial, la laboral y la reforma de la política internacional de Colombia.
Una U. al servicio público
En el artículo 5 de la Ley quedó consagrado que “para el alojamiento, organización y buen funcionamiento de la Universidad, el Gobierno procederá a comprar en Bogotá o en sus inmediaciones, lotes de terreno adecuados para construir la ciudad universitaria”, lo que significó la materialización de la Universidad como espacio público de la sociedad colombiana.
Lo anterior como consecuencia de la idea moderna que planteó Fritz Karsen sobre una educación pública, que juega un papel fundamental en el establecimiento de lo público, de formación de sociedad.
“El conocimiento, la sensibilidad, el examen y el pensamiento crítico son elementos del espacio público, y con esa Ley dándole un espacio a la Universidad, se inaugura el espacio público en Colombia; un espacio democrático, de encuentro, de diferencia, del relacionamiento entre hombres y mujeres y de ellos con la naturaleza y el conocimiento”, expresó el profesor Viviescas.
El campus, pivote de desarrollo urbano
Como consecuencia de esta Ley, el 5 de agosto de 1938, en el estadio de la U.N. Sede Bogotá, se dio apertura a los primeros Juegos Bolivarianos de la historia. Paralelamente, pero de manera silenciosa, se producía un trascendental hecho que marcaría la historia del país: ese viernes la U.N. se abría a la ciudad con el primer campus universitario de América Latina y el pivote de desarrollo urbano de la capital del país.
“El Ciudad Universitaria se convierte en un elemento material y simbólico del proyecto de la ‘Revolución en Marcha’ de Alfonso López Pumarejo”, agregó el arquitecto.
Esto porque en su momento el presidente entendió que para desplegar ese proyecto de modernidad necesitaba un fuerte desarrollo urbano, pues era imposible hacerlo en una “aldea” concentrada en los cerros Orientales, con menos de 500.000 habitantes.
Así, la Ciudad Universitaria se convierte en el pivote de desarrollo urbano de Bogotá, al ser el enlace entre la ciudad antigua (pegada a la carrera séptima) y la nueva ciudad hacia el occidente, que se empezaría a desarrollar de la mano de la U.N.
(Por: Fin/IEU-PMA/MLA/LOF)N.° 683