Desarrollo Rural
La U.N. Sede Palmira impulsa agricultura ecológica
Cerca de 300 familias de pequeños agricultores trabajan de la mano de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira en cultivos de frutales, hortalizas y maíz, con abonos y otros insumos orgánicos.
Bogotá D. C., 18 de noviembre de 2016 — Agencia de Noticias UN-El método de estudio de investigación en acción participativa y acción cualitativa busca obtener resultados fiables y útiles para mejorar la calidad de vida de grupos sociales.


El grupo liderado por la profesora Marina Sánchez de Prager también busca incidir en las comunidades indígenas de la zona.


Estudiantes de Ingeniería Agronómica y Ambiental, entre otros, forman parte del Grupo de Investigación.


Con el fin de proveer una serie de productos que las grandes superficies normalmente no ofrece, o que tienen algún tipo de procesamiento químico, el Grupo de Investigación en Agroecología, a cargo de la profesora Marina Sánchez de Prager, adelanta un trabajo de investigación en acción participativa que involucra a estudiantes y profesores de la Institución.
“Además de aportar a la soberanía alimentaria, el servicio ecosistémico de estas comunidades contribuye de manera importante a mitigar el cambio climático que afecta gravemente a países como Colombia”, destaca la profesora Sánchez de Prager.
En estas fincas autosostenibles se encuentran frutas y hortalizas, además de especies de animales menores como cabras, cerdos, gallinas, conejos y curíes. Entre los pequeños agricultores destaca un amplio número de docentes de primaria y bachillerato.
La académica prosigue comentando que “por tener cultivos biodiversos y dejar materia orgánica sobre el suelo, hay mayor cantidad de agua en el ecosistema, factores que al incidir en la disminución de la temperatura y la fuerza del viento hacen que también disminuya la erosión”.
Debido a que el 45 % del agua dulce del planeta pasa sobre el suelo, cuando un agricultor contribuye a preservar este recurso con su modelo productivo está prestando un servicio fundamental, subraya la académica.
Estudios realizados por el Grupo de Investigación también demuestran que, contrario a lo que sucede con el monocultivo, la diversidad de fauna y la presencia de microorganismos en el suelo se incrementa por la biodiversidad que proporciona el sistema.
“Una finca pequeña, de 1 a 2 hectáreas, puede tener hasta 65 especies distintas de pájaros”, puntualiza la docente, quien destaca que gracias a las investigaciones realizadas y socializadas con la comunidad se comienza a tomar conciencia de esta riqueza.
Una labor de difusión, complementada con salidas de campo permanentes, charlas y talleres con la participación activa de los agricultores, complementaría las faenas del campo.
A raíz de la implementación de estos nuevos programas, muchos de los agricultores han comenzado a producir y comercializar productos alimenticios a partir de la transformación de las plantas cultivadas y de los animales de la granja.
La profesora espera que después de que tomen conciencia sobre la importancia de su actividad puedan organizarse para incidir en la construcción de políticas públicas que les permitan hacer de sus pequeñas fincas una alternativa económica viable.
“Los agricultores con los que trabajamos están organizados en redes de mercados, y una de las más importantes es la Red de Mercados Agroecológicos del Valle del Cauca, con presencia en 10 municipios del norte del Valle, entre los que se encuentran Cali, Buga y Tuluá”, destaca la profesora Sánchez de Prager.
El proyecto será presentado en el marco del Encuentro de Ciencia y Tecnología para la Innovación que se desarrolla en la Sede Palmira de la U.N.
(Por: Fin/JCMG/MLA/LOF)N.° 918