Artes & Culturas
José Jerónimo Triana, tradición científica para el país
El legado del botánico José Jerónimo Triana es considerado como el acervo patrimonial más importante de América Latina respecto de las investigaciones científicas del siglo XIX.
Bogotá D. C., 07 de septiembre de 2010 — Agencia de Noticias UN–Así lo calificó la socióloga y maestra en Sociología de la Cultura, Ruth Acuña, durante su conferencia ‘El valor de los archivos para la construcción histórica. El caso de José Jerónimo Triana’, realizada en el Claustro de San Agustín, sede del Sistema de Patrimonio Cultural y Museos (SPM) de la Universidad Nacional de Colombia.
Acuña habló de cómo a partir de los años 70 algunas de las más importantes instituciones culturales y patrimoniales del país se encargaron de la conservación del legado patrimonial de la obra de José Jerónimo Triana. Una de estas instituciones es la División de Archivo y Correspondencia de la Universidad Nacional de Colombia, en la cual reposa un importante acervo documental de la obra del ilustre botánico.
El legado de José Jerónimo Triana, según la socióloga, permitió que investigadores e historiadores de la ciencia redescubrieran la cultura y la tradición científica del país. Y destacó que “lo importante es construir la tradición legitimando el desarrollo de la ciencia americana a través de la obra de Triana. Todo este rico acervo documental del archivo de Triana son en su mayoría cartas escritas por él a sus colaboradores y colegas, muchos otros documentos se dispersan por Europa. Sin embargo, hoy existe un número considerable de escritos en su fondo documental”.
Triana, uno de los botánicos y científicos autodidactas más grandes del siglo XIX, funda una nueva tradición científica en el país y en este sentido la investigadora pone de relieve el abandono del patrimonio científico en la actualidad. “Este es uno de los patrimonios más descuidados en Colombia, pues el poco valor que las instituciones dan a la ciencia es una clara evidencia de la omisión del estado frente a políticas de rescate y valoración del patrimonio científico del país y de la invisibilización de personajes tan importantes como José Jerónimo Triana”.
El legado de Triana y la continuidad de una tradición fue prolongada por el sacerdote jesuita y científico Enrique Pérez Arbeláez, quien fundó el en el siglo XX el Jardín Botánico de Bogotá. De la misma forma y gracias al Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, el legado y el conocimiento del botánico se mantiene vigente en nuestro país.
“Estos legados se convierten en motores de posibilidad de construir saberes para la Nación, se debe investigar al respecto, pero cada país requiere tener un conocimiento, una historia de cómo se han construido sus saberes, lo que no solo legitima sino que permite observar hasta qué punto y por qué se ha llegado a determinados niveles de desarrollo y no a otros, es la posibilidad de construir tradición, y en el país es importante construir una tradición científica”, afirmó Acuña.
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