Desarrollo Rural
Islas de fertilidad restauran suelos en cultivos de plátano
La metodología de biofertilización aumentó en un 50 % la diversidad de macrofauna del suelo –lo que previene la proliferación de plagas– y mejoró su productividad.
Palmira, 30 de agosto de 2018 — Agencia de Noticias UN-Para llegar a estos resultados, los estudiantes Lilia Andrea Suárez y Amauri Nicolás García, de la Maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, adaptaron a cultivos de plátano en el Valle del Cauca una metodología creada por la profesora Elena Velásquez –de la U.N. Sede Palmira y codirectora de la investigación– y aplicada en plantaciones de té de China e India, y en cítricos de Colombia.
Se trata de la elaboración de islas de fertilidad por medio del establecimiento de zanjas alrededor de cada planta. “En las zanjas se aplica una mezcla de material orgánico de lenta y rápida descomposición, con lombrices que la van transformando. La mezcla, las lombrices y una serie de microorganismos mejoran la densidad y la actividad de fauna, liberando nutrientes para la planta y restaurando el suelo”, explica la estudiante Suárez.
Los investigadores, quienes trabajaron en una finca del corregimiento de Caucaseco –municipio de Palmira–, lograron disminuir el nivel de densidad aparente del suelo de 1,5 a 1,1 g/cm3, un avance importante para que las plantas pudieran desarrollar sus raíces.
Según su experiencia, los resultados se obtuvieron en dos lotes que suman una hectárea. En el primero se habían detectado problemas de compactación del suelo (por un nivel muy alto de densidad aparente), falta de diversidad de macroinvertebrados (organismos que se pueden observar sin necesidad de utilizar microscopio) y un bajo rendimiento de producción. En el segundo lote también existían estas problemáticas, con el agravante de que todos los cultivos sembrados allí habían muerto.
“El indicador de calidad de estos suelos, que considera sus propiedades físicas, biológicas y químicas, era cercano al 0,4 en una escala de 0 a 1; nosotros subimos ese indicador hasta 0,9. Con respecto a la humedad en el suelo, logramos que pasara de 21 a 30 %, mejorando la capacidad de retención de agua, vital para la planta”, destaca el investigador García.
Adaptación de insumos
En las zanjas se depositaron residuos de producción de piña y arroz de la finca, compost y fragmentos de cerámica traídos de la U.N. Sede Palmira. La decisión de utilizar este último material tiene como antecedente la identificación en la Amazonia de terra preta, un tipo de suelo oscuro muy fértil en el que se habían dispuesto cerámicas y desechos orgánicos como residuos vegetales, espinas de peces y heces de animales.
Según una hipótesis de los investigadores, en los fragmentos de cerámica se podrían formar micrositios con porosidad y humedad para las bacterias, lo cual favorece la retención del agua.
En el lote en el que había plantas antes de la intervención se trabajó con cultivos de un año; en el otro lote se sembraron 120 plantas, cada una de ellas en una zanja. El tratamiento se aplicó durante un año, después del cual se compararon los indicadores alcanzados con los que se habían observado antes de la intervención, para verificar los efectos.
Según la investigadora Suárez, obtener buenos resultados en la restauración de suelos a través de la metodología permite plantear su difusión. “Con este modelo podemos sustituir el uso de agroquímicos y en especial de pesticidas para controlar las plagas. Los pequeños productores serían los más beneficiados al reducir los gastos que hacen en esos productos y aprovechar los residuos que se producen en la finca. Además se podrían producir alimentos más sanos, libres de químicos”, destaca.
(Por: Fin/FH/MLA/LOF)N.° 149