Desarrollo Rural
Inédita descripción de procesos de un biodigestor
En la Universidad Nacional Sede Palmira se ha caracterizado un sistema de abonos para riego en cultivos, a partir de un análisis integral desde la entrada (afluente) de las excretas porcícolas (porquinaza) hasta su transformación en biogás y fertilizante (salida o efluente).
Palmira, 10 de marzo de 2016 — Agencia de Noticias UN-El proyecto de investigación, adelantado por Manuel Felipe Ochoa, zootecnista de la Sede Palmira, pretende disminuir los riesgos de contaminación con aguas residuales; y de esta manera realizar una óptima producción porcina integrada con los sistemas de la finca.
Para ello, realizó una evaluación y comparación del potencial fertilizante del efluente en dos escenarios: la agrooecológica El Mirador (del corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí) y el Laboratorio Agropecuario Mario González Aranda (MGA), de la Sede Palmira.
Entre octubre y diciembre de 2015 se adelantaron muestras de acidez, conductividad eléctrica y bioquímica del oxígeno, principalmente, de la porquinaza que ingresó a los biodigestores y el residual que salió de los mismos.
Así, se determinó que mientras la granja El Mirador consume 13 litros de agua en el lavado de cada 50 kilogramos (Kg) de peso vivo de la porqueriza, el Laboratorio MGA utiliza 21.5. Esto implica que para la primera se requiere menos cantidad de agua en la producción de abono líquido, el cual es más concentrado y de mejor calidad.
En cuanto a la concentración en el efluente de elementos químicos (calcio, zinc, magnesio, hierro, entre otros) y sustancias húmicas (componentes orgánicos nutritivos), estos fueron mayores en la granja El Mirador, debido al menor volumen de agua del lavado de la porqueriza. Además, fueron el principal abono usado para la producción de 2.100 árboles de café, plátano y frutales.
“Vimos que el nitrógeno encontrado es suficiente para fertilizar media hectárea de café, con la consideración adicional de ser un abono integral y biomejorador de las características del suelo. De hecho, el agricultor y su familia valoraron este abono en 1´280.000 pesos durante 2015, debido al ahorro en la compra de fertilizantes”, señala la profesora Patricia Isabel Sarria Buenaventura, de la Sede Palmira.
En la investigación se concluyó que el grado de acidez estaba en un 6,98 cuando ingresó al biodigestor, lo cual es cercano a la neutralidad. Según la profesora Sarria, este indicador es importante porque sirve para medir la estabilidad del ambiente de las bacterias en el biodigestor. Así, facilita su reproducción, y por tanto, la acción de descomponer los residuos. Una vez en el efluente, el abono mantuvo los rasgos óptimos (pH de 7,2).
Respecto a la temperatura del agua tratada, el estudio evidenció que en ambos escenario, varió levemente, lo cual no afecta la calidad del líquido.
Otro aspecto valorado fue la conductividad eléctrica (salinidad), que pasó de 4.800 microsiemens por centímetro (us/cm) desde su ingreso al biodigestor, hasta 3.000 us/cm en su salida, un aspecto positivo.
“Se recomienda que el agua de fertirriego tenga más de 3.000 us/cm en su efluente, porque podría acarrear problemas de acumulación de sales en los suelos”, subraya el zootécnica Ochoa.
Para el investigador, los resultados de su trabajo resultan alentadores en el aspecto económico, pues que el bioabono puede ser una opción para las pequeñas o grandes porcícolas o cualquier sistema productivo que genere subproductos o residuos orgánicos.
Además, amplía, se ha comprobado en otros estudios que un metro cúbico de bioabono producido diariamente fertiliza y mejora áreas hasta de dos hectáreas por año, con un aporte de 200 kilogramos (kg) de nitrógeno por año, con un costo mínimamente inferior.
Los resultados de este trabajo serán compartidos y discutidos con los agricultores de la zona, pertenecientes a la Asociación de Productores Agro-Ecológicos de Santa Rosa de Tapia (ASPRAEC), compuesta por 18 familias campesinas, de la cual hacen parte los propietarios de El Mirador.
(Por: Fin/HAA/dmh/APBL)N.° 282