Medioambiente
Inconformismo en comunidades vecinas al embalse Calandaima
Aunque con el embalse se espera solucionar el problema de agua en varios puntos de la provincia del Tequendama, las comunidades cercanas a la zona de construcción no están muy seguras de la conveniencia de la obra.
Bogotá D. C., 15 de agosto de 2018 — Agencia de Noticias UN-La obra es iniciativa de la CAR Cundinamarca, las Empresas Públicas de Cundinamarca y las alcaldías de Viotá y El Colegio. Foto: OCA.


Las comunidades de las veredas involucradas reclaman que el proyecto no se ha socializado adecuadamente. Foto: Ceres.


Desde 2005 la Gobernación de Cundinamarca ha mostrado su interés por construir un embalse en el río Calandaima, tributario del Bogotá. Por eso puso en marcha estudios de prefactibilidad del proyecto, los mismos que fueron actualizados en 2008.
El objetivo de la obra es convertirse en un regulador hídrico que solucione el problema de las inundaciones en el territorio en temporada de lluvias, y que durante las sequías sirva como reserva de agua, por lo que se construiría en las veredas Campos y Java. La iniciativa viene siendo impulsada por la Corporación Autónoma Regional (CAR) seccional Cundinamarca, las Empresas Públicas de Cundinamarca y las alcaldías de los municipios de Viotá y El Colegio.
El escenario descrito despertó la tensión en sectores de las comunidades locales, pues argumentan no enfrentar problemas de abastecimiento de agua, al obtener el recurso de acueductos veredales que se alimentan del Calandaima, entre otros afluentes.
En ese sentido, la obra se percibe como un proyecto encaminado a satisfacer las necesidades de cascos urbanos con problemas en el acceso al agua.
El conflicto está siendo seguido de cerca por el Observatorio de Conflictos Ambientales (OCA) de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), que se ha dado a la tarea de visibilizar, centralizar y hacer disponible toda la información alrededor del proceso que se adelanta para la construcción del embalse.
En abril de este año se emitió un auto de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) para iniciar al proceso de licenciamiento ambiental.
Omar Clavijo, investigador del OCA, señala que la comunidad hamanifestado no saber cómo les puede afectar este proyecto el acceso al agua, algo que ellos han gestionado tradicionalmente desde lo comunitario; además dicen que no ha sido socializado de manera adecuada”.
Otra preocupación es la ubicación del embalse, que tendrá una capacidad de 4,5 millones de m3 e inundará 34,6 hectáreas. Este será construido en la cuenca alta del río Calandaima, donde tendría un área de influencia que involucra áreas aledañas al Distrito de Manejo Integrado Cuchilla de Peñas Blancas y del Subia, por lo que se cree que podría tener eventuales efectos sobre la biodiversidad y la vida campesina localizada allí.
Además, en sectores locales se teme por el riesgo que la obra pueda suponer dada la estabilidad del suelo. “Las comunidades también cuentan con fotos en las que muestran casas y árboles ladeados porque el terreno es inestable, lo que perciben como un riesgo pues temen que el embalse, aunque ocupa un área pequeña, también represente una amenaza para ellas”, relata el investigador.
Trabajo con las comunidades
Estudiantes de la Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la U.N., que forman parte del Colectivo Estudiantil de Responsabilidad Ecológica (Ceres), adelantan un trabajo de apoyo y acompañamiento con las comunidades veredales de la zona donde se planea construir el embalse.
El grupo lidera un proceso de investigación relacionado con educación ambiental, con el que se espera identificar las problemáticas ambientales locales. Con esto se quieren proponer acciones educativas posteriores para desarrollar en la comunidad capacidades para enfrentar presiones ecosistémicas y sociales.
(Por: fin/ALP/dmh/LOF)N.° 58