Salud
Guía para pacientes después del egreso hospitalario
Valoración, educación, seguimiento, grupos de apoyo y coordinación de planes de egreso son las recomendaciones que trae esta guía de enfermería para acompañar a los pacientes y cuidadores después de la salida de los centros médicos.
Bogotá D. C., 23 de abril de 2015 — Agencia de Noticias UN-La Guía de práctica clínica de alta hospitalaria transición hospital-hogar fue realizada por el Grupo de Cuidado al Paciente Crónico y su Familia, de la U.N., y está contemplada para los profesionales de enfermería.
La construcción de esta cartilla se dio a partir de una revisión de literatura de los últimos 15 años, la cual fue sometida a una metodología de análisis crítico que arrojó cinco recomendaciones para el rol que asume el profesional de enfermería en el egreso hospitalario.
La valoración integral del usuario y su cuidador familiar desde el ingreso a la institución, la observación de las condiciones del egreso y la competencia para el cuidado en el hogar conforman la primera recomendación.
La segunda se relaciona con la educación que debe brindar el profesional a partir de las necesidades identificadas en la valoración. Está orientada en seis aspectos agrupados en una mnemotecnia llamada CUIDAR: Conocimiento, relacionado con las nociones terapéuticas y de la enfermedad; Unicidad-condiciones personales, que incluye las características de personalidad con las que se enfrentarán los retos y desafíos; Instrumental, es decir, habilidades, destrezas y competencias para realizar las labores de cuidado; Disfrutar y bienestar; Anticipación a las necesidades del enfermo; y Relación e interacción social mediante redes de apoyo.
La tercera recomendación es la remisión a grupos de apoyo interdisciplinario (psicología, redes de apoyo social y otros), dada por las instituciones de salud, para que hagan parte activa del fortalecimiento del cuidado en el hogar.
La cuarta es el seguimiento durante un mes, que debe hacer el profesional de enfermería al paciente una vez egresa. Esto implica consolidar los programas de telecuidado y seguimiento telefónico, con ayuda de las tecnologías de la información y la comunicación.
Por último, se sugiere contar con un coordinador del programa de plan de egreso que se encargue de hacer todos los procesos de registro y la determinación de indicadores y resultados.
“Con la implementación de esta guía se pueden disminuir reingresos por complicaciones, así como la estancia de los pacientes. También se pueden favorecer procesos de salida temprana y beneficiar a las familias al contar con un esquema formal que los guíe y los acompañe”, aseguró la profesora Mabel Carrillo, de la Facultad de Enfermería de la U.N.
Las pruebas piloto realizadas en centros de atención renal y de oncología han determinado que la competencia para el cuidado de los pacientes aumenta de manera significativa. Además, se ha observado que el ingreso a las instituciones está más canalizado, pues se logra detectar de manera temprana, signos, síntomas y molestias asociadas a complicaciones.
Con el seguimiento telefónico, también se han podido detectar situaciones que no implican la atención de urgencias, pero sí requieren orientación del personal de salud.
Según la profesora Carrillo, la problemática de la enfermedad crónica está generando gran demanda de servicios. La morbilidad y el riesgo de complicaciones hacen necesaria una visión integral a la atención, que busca la menor estancia en las instituciones de salud y asegura una buena continuidad en el cuidado.
(Por: Fin/VMH/MLA/DAL)N.° 213