Economía & Organizaciones
Gestión humana, estrategia para operaciones empresariales
Investigadores buscan estudiar la conexión que hay entre la estrategia de operaciones de una empresa y la gestión humana, áreas que tradicionalmente se han trabajado de manera separada.
Manizales, 08 de mayo de 2012 — Agencia de Noticias UN–En un contexto como el colombiano, en el que el 99% de las empresas son mipymes (micro, pequeñas o medianas), según afirma el investigador de la UN Jorge Andrés Vivares Vergara, es necesario obtener elementos para desarrollar modelos que vinculen la gestión humana a la estrategia de operaciones con una perspectiva más académica.
“En esta área abundan los libros de texto. Hay mucho consultor que tiene sus teorías y posiciones, pero que poco han sido sustentadas en la investigación. Hay también empresarios exitosos que no han pasado por un aula de clase. Sin embargo, la tendencia indica que cuanta más formación académica se tiene, más se logra reducir el riesgo y permite tomar decisiones a los empresarios de una manera más acertada”, argumenta Vivares Vergara.
La estrategia de operaciones que está relacionada con el componente productivo de una empresa tiene dos grandes frentes: el primero es el enfoque del proceso, es decir, cómo se concibe la formulación y diseño de la estrategia; y el segundo es el contenido, donde se definen prioridades competitivas tales como calidad, costo, flexibilidad, protección medioambiental, entre otras.
El contenido abarca también estrategias específicas en diferentes frentes, como las instalaciones, la distribución en planta (layout), la gestión de personal, el aprovisionamiento y una serie de decisiones estratégicas más pequeñas que contribuyen a los objetivos generales.
Por su parte, la gestión humana ha venido evolucionando desde aspectos operativos instrumentales, como la administración de la nómina, a aspectos más estratégicos, como la gestión del talento humano. Esta última es un concepto que entiende a la persona como un ser social dentro de la organización, que no solo tiene la capacidad de hacer una tarea eficientemente, sino que también puede ir más allá y contribuir al desempeño competitivo empresarial.
De la sinergia entre ambos conceptos se obtienen beneficios mutuos: por un lado, el empleado asegura su desarrollo personal y obtiene motivación, factor fundamental para que aporte más allá de lo que dice un manual y agregue valor a su actividad; lo que, por otro, redunda en el logro de los objetivos de la empresa, así como en su desempeño, posicionamiento, crecimiento y logro de su objetivo final, que es la rentabilidad ahora y en el futuro.
(Por: Fin/amej/clc/fgd)N.° 170